Capítulo 7.

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Después de diez minutos de caminar hacia la secundaria Steven decide sentarse en uno de los bancos que estaban enfrente de la institución. Le parecio oír llorar a alguien y voltea a ver... Y ahí estaba, una chica, llorando por quien sabe que motivo. Era bonita, "Supongo que si me acerco se irá evitando que la vea en ese estado" Pensó, "Anda Steven no seas una niñita" Decía para sus adentros "Haz como si ella estuviera dentro de una pantalla"... Se paró lentamente, estaba nervioso y sentía su respiración agitada, nunca había hecho algo como eso, al acercarse a ella no pudo evitar sonreír al ver su rostro, estaba llorando, pero "Mierda, que bonita es" dijo silenciosamente y abrió sus ojos azules como platos al notar que lo había dicho en voz alta, cuando estaba a unos pasos de la chica, ella lo notó y rápidamente seco sus lágrimas, ocultando su rostro con su cabello. Él se sentó a su lado.

-Oye, estás bien? Dijo un poco nervioso Stev

-Si, es que.. tenía una pequeña basura en el ojo y... me molestaba... en realidad yo...- La joven se hechó a llorar sin importarle que el estuviese ahí, se notaba devastada, tenía grandes ojeras y sus ojos estaban hinchados.

-Tranquila... Tranquila, se que no me conoces, pero puedes confiar en mi... digo, podríamos empezar por presentarnos, no crees?

-Está bien, mi nombre es Sarah Lindsay Baller, y tu nombre? -Dijo sonriendo y con un tono más calmado.

- De verdad? Sarah? Es en serio? -El joven abrió sus enormes ojos azules, se paró -Me tengo que ir, lo lamento.- Y se fue, sin voltear a mirar a Sarah, que no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, Steven empezó a correr agarrando su cabeza, no podía creerlo, en todos lados estaba ella, no soportaba más lo que estaba pasando, ya habían pasado más de cinco años y el todavía no podía superar esa pérdida.

"Supongo que tendré que acostumbrarme a esto, a sufrir siempre... No sé si esto es el destino, o una pequeña casualidad, porque... Vamos, hay muchas chicas que se llaman "Sarah", ¿Qué clase de chico fuí? Me estaba por contar que le sucedía... Y la dejé sola, nunca deje solo a alguien, creo que debo buscarla cuando salga de este lugar... Si, eso debo hacer..." Anotó Stev en su libreta, en eso entró su profesor, ese estúpido. Ugh lo detestaba.

-Bien, saquen una hoja en blanco que si mal no recuerdo, hoy teníamos examen de la segunda guerra mundial, no es asi?

La mayoría asintió, algunos se quejaban, otros no entendían nada y tenían solo 45 minutos para hacer el examen.

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-Si no fuera por el tiempo, hubiese logrado hacer todos los ejercicios, profesor.-Dijo Steven entregándole la hoja al mayor que estaba delante de él, "Mejor dicho, si no fuera por la chica que viste hoy te hubieses concentrado más, mentiroso" pensó y largó una pequeña risa sobre lo que pasaba por su cabeza.

-Qué es lo gracioso? No quiero excusas, no has estudiado, fin de la historia.

-Pero prof...

-No me importa, siéntate, no molestes.-Dijo el profesor levantando la voz.

"Viejo decrépito" pensó Steven.

El timbre para que todos se vallan a su casa sonó y todos se fueron, Stev salió primero de todos, quería encontrar a la chica y hablar con ella.

Salió hacia el patio mirando para todos lados como un desesperado. Cualquiera que lo mirase se daría cuenta que estaba buscando a alguien, pero al chico no le importaba, porque... nadie lo notaba.

Y ahí estaba. Pudo observarla bien. Su cabello era castaño oscuro, sus ojos eran celestes, no era ni muy delgada, ni muy gorda. "Mierda, en realidad es hermosa", pensó.

Se dirigió hacia ella muy rápido, Sarah lo notó y le sonrió.

-Hola. -dijo él y le sonrió tímidamente.

Quedate conmigo...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora