Abrí la puerta y la cerré para de inmediato subir a mi habitación y encerrarme.
Lancé mi mochila al rincón y de inmediato me senté frente a mi escritorio y saqué el folleto, pero lo escondí de pronto al escuchar que alguien tocaba la puerta.
-Javier, dejaste la comida en la mesa -Escuché a mi madre con un poco de preocupación
-La buscaré luego -le dije
-Se te va a enfriar, así que te la he traidoEso me sorpendió porque era la primera vez que mi madre se preocuopaba de esa manera por mi.
Sin más, me levanté de la silla en la que me encontraba y abrí la puerta.
-Gracias -agradecí cuando puse mis manos en el plato de comida que estaba cubierto por otro
Yo solo me dí la vuelta y puse el plato encima de mi escritorio para luego cerrar la puerta con lentitud.
Mientras iba al baño y lavaba la cuchara que siempre tenía en el escritorio en el lavamanos sin dejar de pensar en la repentina preocupación de mi madre, pues a penas sabía que estaba vivo, pero buenio, a pesar de ser un momento breve sentí que fue lo suficiente para alegrarme la tarde.
Volví a sentarme en el escritorio y comencé a leer el folleto mientras ponía la cuchara a un lado.
-La solución a tus problemas -nuevamente leí el título
Vaya, esto es interesante, primero comenzó con preguntas como "¿Alguna vez...? ¿Por un momento usted...?" A lo que yo respondía mentalmente que si.
Leí sobre cuál era la mejór solución a los problemas que tenía, aunque yo solo tuviera uno, y era que tenía un gran vacío por la falta de amór, un vacio que nada comestible lo llenaba; Pero que fue llenado solo un poco por el gesto por parte de mi madre.
Seguí leyendo, encontrándome con cosas que llamaban mi atencíon cada vez más.
Mediante continuaba leyendo, me daba cuenta de que en el folleto se hacía mención de "Dios", quién era el que podía resolver todos mis problemas, aunque ya mencioné cuál era el único que tenía.
Terminé de leer el folleto, y eso me hizo sentir extraño, una parte de mi quedó con más curiosidad sobre saber de Él, saber más siobre Dios.
Suspiré...
Estos son los momentos en los que te das cuenta de estabas a punto de cometer una locura, y la mia era tirar la respuesta a mis problemas, literalmente, a la basura.
Por unos momentos me quedé pensando en quién podría ser Dios... y vaya que tenía que ser una gran persona, ¿Pues quién más tendría la respuesta a nuestros problemas?
En este momento me hubiese gustado tener una computadora para investigar sobre Él, pero lamentablemente no poseo ninguna. Además, estoy muy seguro de que si me armo de valór para pedirle una a mis padres ellos no me la darán.
Tal vez estén pensando en que lo haga en la biblioteca de la escuela, pero las reglas establecen que solo deben ser usadas para investigaciones cuyo único fin sea el aprendizaje. Por lo que como medida de precaución de que esa regla sea cumplida, hay personal monitoreando la actividad de los estudiantes mientras las usan.
Puse el folleto a un lado, destapé la comida y tomé la cuchara para empezar a comer.
Era extraño, la curiosidad que tenía impedía que disfrutara de lo que estaba comiendo.
...
Los días pasaron, y la curiosidad por saber quién era Dios aunmentaba cada vez más.
Ya era viernes, y me encontraba caminando hacia la escuela.
Seguia distraido por la curiosidad, tanto que no me di cuenta de que estaba tan solo a una esquina de la escuela.
Lo que me hizo sacar de mis pensamientos fue ver al señor que me regaló el folleto al frente de la entrada, pero esta vez estaba regalando unos papeles.
Esta vez quería acercarme a él para preguntarle sobre Dios.
Pero justo cuando me le acerqué, el timbre sonó, por lo que solo alcancé a recibir de su parte un papél.
Vaya, el timbre sonó en el momento más inoportuno.
Pero antes de entrar al salón de clases, me detuve por unos momentos para mirar el papel que me había dado, y me di cuenta de que era una clase de invitación a un lugar llamado iglesia...
...
Llegué a mi casa y como siempre tomé la comida que me habían guardado para irme inmediatamente a mi habitación.
Cuando cerré la puerta, coloqué la comida encima de mi escritorio y tiré mi mochila al rincón de siempre, para luego sacar de mi bolsillo el papél.
No decía mucho, solamente la dirección del lugar llamado iglesia.
No era tan lejos, pero no se si mis padres me permitirian ir.
Después de pensarlo un tiempo, decidí preguntarles, despues de todo en la invitación decía claramente la hora en la que comenzaba y terminaba sea lo que sea lo que se llevaría a cabo allí.
Pero no sé porque pienso todo esto ahora, la invitación dice que es el domingo que eso se llevaría a cabo.
Bueno... espero que cuando les diga a mis padres me permitan ir.
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Mi vida cambió
ДуховныеHola, me llamo Javier, y les contaré como mi vida entera cambió cuando conocí a Dios