Cuando estamos abajo nos sentimos débiles, no nos sentimos capaces de hacer nada, sentimos que luchar ya no tiene sentido. Eso nos pasa hasta que tomamos envión y subimos con todas nuestras fuerzas.
La vida nos puede traer problemas o alegrías, puede ser fácil o muy difícil, nos puede disgustar por momentos y encantarnos en otros, pero la realidad es que la vida es una sola y muy corta, merece ser vivida. Cada tropezón y cada caída sirven de experiencia para la siguiente vez, para no volver a cometer el mismo error.
A veces para encontrar el sentido o el valor a la vida, tenemos que tocar fondo para después subir con toda la fuerza y ver más claro todo lo que antes no.
Cuando tenemos un momento que esperamos muchísimo hay que disfrutarlo al máximo, hacerlo único y especial, como si luego no exista nada más que ese momento. Hay que disfruta cada etapa, saber que con esa etapa estamos progresando cada vez un poco más.
Intentemos ser buenas personas. Si nos equivocamos, nos equivocamos, pedimos perdón y seguimos. La vida se trata un poco de eso, prueba y error, y todos nos equivocamos alguna vez.
Seamos felices. Vivamos y dejemos vivir.