¿Por dónde empiezo? Nada más se que te fuiste; que te fuiste de una forma tan repentina como asegurada. Nada es igual desde que no estás acá, nadie puede creer como pasó tan rápido el tiempo. Todavía sigo pensando que alguno de éstos días voy a estar con vos, sentada al lado tuyo, contándote como voy con el tema de la fiesta ¿Sabés que ya tengo carrera para seguir después de la secundaria? Probablemente no te guste pero ya lo sabrás, ya me habrás escuchado varias veces desde allá. No hay día que no me acuerde de vos, no hay momento que no piense en que harías vos en mi lugar, no hay tiempo para no pensarte.
¿Por qué no bajás un rato? Dale, necesito contarte muchas cosas. No pienses que no voy a verte al cementerio porque no quiero, me duele en el alma saber que quizás le estoy hablando a un poco de tierra y un pedazo de baldosa con tu nombre pero también hay posibilidades de que me estés escuchando, de que me estés viendo y pienses ''ésta pendeja no cambia más!''. Muchas veces pensé que te recuperarías en un abrir y cerrar de ojos pero no fue así, no te culpo, tampoco culpo a nadie; cuando la hora de finalización llega no queda más que entregarse a la razón de que ¡listo! hasta acá llegué, hasta acá la luché: por lo cual te felicito fuiste una gran luchadora que abandonó en el tiempo justo.
Todavía tengo presente tu sonrisa, tus esperas en la puerta del jardín y a veces en la primaria, tus sorpresas mostrándome que tenías entradas para mí para ir al teatro, lo cual te agradezco porqué nunca te di las gracias por eso.
No sé dónde estarás pero seguramente me estés viendo, ojalá estés cerca, ojalá pronto nos podamos ver nuevamente, aunque sea diez o cinco minutos.
Te espero acá, siempre dispuesta a verte...
Y siempre te tengo presente, nunca dudes.