Marrón era el color de la tierra del bosque al que siempre solíamos ir.
Recuerdo lo bien que lo pasábamos allí. A veces simplemente nos dedicábamos a escuchar música mientras veíamos las estrellas, otras veces corríamos y hasta jugamos al escondite. Y otras veces... Bueno, tu sabes lo que hacíamos otras veces.
Recuerdo también lo que nos gustaba subirnos por los troncos marrones de los árboles hasta llegar a una rama que soportara nuestro peso para quedarnos allí un rato abrazados.
Siempre te sentabas tu primero y después me sentaba yo en el hueco de tus piernas mientras tu pasabas tus brazos por mi cintura y me abrazabas.
No he vuelto a tomar el sendero marrón, Luke.