||Capítulo 5||

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Laura.
―¡Hola, Lau! ―exclama a modo de saludo, sonriendo ampliamente.

Siento algo extraño dentro de mi estómago.

Creo que son náuseas.

―Yo, eh... Hola ―murmuro, tomando un mechón de mi cabello y enredándolo en mi dedo.

―Hey, pequeña, me agrada que me miren cuando se dirigen a mí. ―Toma mi barbilla y dirige mi mirada hacia él y sus hipnotizantes, bellos ojos color miel―. Así es mejor.

Sonríe cálidamente. Y yo, lo único que logro hacer, es sonreír bobamente.

―¿Es Calum quién ha llegado? ―grita Raini desde mi habitación.

―Oh, parece que no soy el primero en llegar. ―Sonríe y me guiña un ojo―. La próxima vez, así será.

Inspiro profundamente y me aparto de la puerta, para dejarle entrar. Él entra, observando todo lo que le rodea.

―Mi habitación está por aquí ―le indico en una voz normal, lo que me sorprende.

Creo que ya me he acostumbrado a actuar de una manera vergonzosa e incómoda cuando él está cerca.

Me dirijo a las escaleras, con él detrás de mi, siguiéndome. Me hace sentir ligeramente incómoda, pero estaré bien mientras no haya contacto visual, o intercambio de palabras... O al menos eso creo.
Raini está en mi habitación, pero no sé dónde está mi hermana, lo que representa un problema. No sé qué es lo que está esperando para conocer a Ross, o tal vez aún no sabe que él ya está aquí.

―Tienes una muy linda, silenciosa y limpia casa ―menciona Ross detrás de mí, y por su tono de voz, sé que está sonriendo.

Ross es todo sonrisas, y eso me agrada de él. Tiene las sonrisas más sinceras y lindas que he visto en toda mi vida. Pero un segundo después de que él hace el cumplido, música empieza a escucharse en toda la casa, a un volúmen alto.

―Vanessa ―gruño muy, muy bajo. Estoy segura de que él no logró escucharme.

Me vuelvo y lo miro, preocupada por su reacción. Por un momento, su expresión es neutral. No hay ninguna emoción reflejada en él; pero lentamente, muy lentamente, una sonrisa se abre paso hacia su rostro. Sus ojos se iluminan, y sus perfectos dientes quedan a la vista. Frunzo el ceño, estoy confundida. Sube rápidamente las escaleras, ahora yo lo sigo. Se dirige a la habitación de mi hermana, que es de donde proviene la música. Coloca su mano sobre la perilla de la puerta, aún está sonriendo ampliamente.

―Eh, Ross, ¿qué estás haciendo? ―digo detrás de él―. Es sólo la música que siempre escucha.

―¿Siempre escucha esa música? ―Asiento confunida―. ¡Genial!

Gira la perilla y abre la puerta, después entra en la habitación de Vanessa. Yo entro detrás de él.

―¡Quien quiera que seas, mereces un gran, gran abrazo! ―exclama, y extiende sus brazos.

―¡Merezco un gran, gran abrazo! ―exclama de vuelta Vanessa, y se lanza a sus brazos.

Yo merezco un abrazo también, pienso. Sacudo la cabeza un instante después, sorprendida por mis pensamientos.

❝Wanna Be Your Everything❞ ; RAURA | P A U S A D ADonde viven las historias. Descúbrelo ahora