Número desconocido

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Mili y Clara se acercaron conmigo cuando me vieron a la hora de la salida y preguntaron qué había pasado.

Les iba a decir por encima las cosas cuando vi a Jos (como le dice Alonso) salir con mirada de perrito perdido y triste.

Algo dentro de mí se rompió y me dieron ganas de llorar.

Rebusqué en mi mochila el cuaderno negro de Jos y a paso lento me acerqué a él.

Alonso me había dicho que Jos podría exaltarse un poco por la proximidad, pero eso ya lo sabía. Jos no disfrutaba de la compañía de los extraños.

—Jos...-lo llamé por su apodo y él volteo, entre asombrado y confundido.

Abrió la boca para hablar pero la cerró de inmediato. Me estaba apresurando para encontrar las palabras que quería decir cuando me arrancó el cuaderno de las manos y me miró furioso.

—¿Por qué lo tenías tú?

—Yo...lo encontré y no quería que...

Tensó la quijada.

—Eres una chismosa. ¿A ti que más te daba haber dejado el cuaderno ahí, eh? ¡No tenías porque haberlo agarrado! –gruñó.

No sé que me impresionaba más, que José Canela estuviera gritando o las cosas que me decía.

—Esa no fue mi intención, yo quería...

—¡Me vale madre! No tenías porque...

—Jos –Alonso lo hizo callar con solo decir su nombre.

Su mirada recorrió mi rostro unos segundos antes de dedicarse a ver a su amigo. No dijeron nada, pero Jos bufó y se echó a correr lejos de ahí.

Tragué saliva.

No creí que el querer hacer algo bueno por alguien...

—Hey, lo siento muchísimo, en verdad –Alonso había entrado en mi campo visual y podía notar que lo decía enserio.

Pero no podía prestarle atención. No cuando al menos veinte personas volteaban a verme, cuchicheaban y unos hasta se reían. Sentí mis mejillas y orejas enrojecer y el ardor en mis ojos comenzó a picar.

—¿Cami? –mis amigas se acercaron cautelosas -¿Qué carajos fue eso?- preguntó Mili.

No pude contestarle porque ni yo lo sabía. Lo único que había querido era ayudar a José Canela, quería evitarle un mal rato, pero parece que yo se lo he dado.

—Lo siento mucho –le decía el pelirrojo a mis amigas –Jos es muy...inestable a veces y no pensé que...

—Dile a tu amigo que no se vuelva a acercar a Camila –gruñó Mili –No es nuestra culpa que esté zafado de la cabeza.

—¡Oye! Ten cuidado con lo que dices, que no conoces a Jos como para...

—¡Y tu amigo tampoco conoce a Camila como para hacer eso!

Podía sentir la tensión en el aire y de reojo vi a Mili ponerse a la defensiva, con Clara agarrándola del brazo.

No podía quedarme ahí.

Sin decir nada me di la media vuelta y comencé a caminar lejos de ahí, haciendo caso omiso a los llamados de mis amigos.

***

Mili y Clara llevan horas tratando de contactarme y todo ese tiempo las he ignorado. Alonso también intentó contactar conmigo pero ignoré su solicitud de amistad.

El teléfono no dejaba de vibrar por los WhatsApps, mensajes de textos o incluso mensajes en Facebook.

Tomé el teléfono dispuesta a arrojarlo cuando vi que un número desconocido me había mandado un mensaje.

Abrí la aplicación y traté de entender el mensaje sin tener que abrirlo pero solo se leía "Estaré por el kiosco".

No pierdo nada. Si es un mensaje equivocado simplemente lo ignoraría.

Mi boca se secó cuando leí el mensaje completo.

No sabía como reaccionar pero una gran parte de mi estaba molesta. ¿Qué se cree José Canela para darme órdenes? Tal vez si le doy una cachetada le ordenaría las ideas...

Al final terminé respondiendo los mensajes de Mili, Clara y Alonso con brevedad. No quería pasar mucho tiempo con el teléfono el día de hoy.

Encendí el stereo y la primera canción que comenzó a sonar fue Therapy de All Time Low. Sonreí irónica.

***

—Me dijeron que tuviste un incidente, Camila.

El doctor no me veía a mí, si no a su tabla y anotaba un par de cosas.

Le tenía miedo a ésta sesión por lo mismo. Siendo él el psicólogo de la escuela, se enteraba de muchas cosas porque tenía personas que lo ayudaban con esta clase de situaciones. Sabe que no le contamos todo y él se las arregla para poder averiguarlo. No sé como tomar esto.

—Sí –me encogí de hombros intentando restarle importancia.

—¿Quieres contarme que pasó?

Me removí incomoda en el sillón y lo miré de nuevo, esperando que entendiera que no tenía intención de hacerlo. Me miró por encima de sus gafas y suspiré. No tendría escapatoria.

—Yo solo intenté ayudarle a José Canela ¿de acuerdo? No soy ninguna chismosa. No quería que alguien tomara su cuaderno y lo rayara con estupideces y verlo con el rostro compungido me habría hecho sentir la peor persona del mundo porque pude haber hecho algo. Entonces quise regresárselo pero su amigo me dijo que yo debía darlo y luego José me gritó muchas...

—Camila ¿de qué hablas?

—Del incidente de ayer... José me gritó y varias personas voltearon a ver y no pude quedarme ahí...solo salí corriendo.

—Vaya...pues tendrás que contarme más a detalle este incidente y el otro.

Fruncí el ceño y los ojos al verlo.

—Yo hablaba del incidente de la cafetería, Camila.

—Ah...-miré a otro lado avergonzada. –Yo...eso no fue mi culpa, un niño con delirio de Go Diego Go me golpeó e hizo que chocara contra un muchacho y le derramé la bebida encima.

—Y por eso faltaste a tus cuatro últimas clases.

No sabía como responder a aquello, así que me limité a apretar los labios.

—¿Qué fue lo que te hizo correr, Camila? –odiaba que me llamara por mi nombre completo. –en ambas ocasiones.

Suspiré y me preparé para llorar.

****

Número desconocido: Camila, soy Jos

Número desconocido: Quiero verte en el parque que está cerca de la escula a las cinco.

Número desconocido: escuels*

Número desconocido: Chingado.

Número desconocido: escuela**

Número desconocido: Estaré por el kiosco.


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Jos se pasó de grosero con Camila :( 

¡Muchas gracias por leer!♥ xx


BROKEN [Jos Canela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora