Go Diego Go

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José estuvo callado todo el tiempo, pero no sé si eso me molestaba o disgustaba.

Sé que José no es social, al menos no en nuestro grupo. Le he visto con un chico de otro grupo y nadie más.

Tal vez esa sea otra de las razones por las que todos pensábamos que era gay.

—¿Ya terminaste? –le pregunté, un poco enfadada por no seguir continuando mi ensayo.

Él asintió y se encogió de hombros.

Ya nos faltaba solo una página para terminar, después podríamos salir a receso.

Estaba escribiendo muy atenta cuando algo llamó mi atención.

Giré ligeramente la cabeza y miré de reojo hacia José.

Lo primero que noté fue que tiene una letra horrible.

Lo segundo fue que José tiene unas pestañas larguísimas y tupidas.

Ahogué una exclamación y mi compañero se giró alarmado por aquello. Me atrapó viéndolo y giré la cabeza avergonzada.

Cuando terminé el trabajo me levanté de la silla y comencé a guardar mis cosas. José aprovechó y salió corriendo de ahí, le entregó a la profesora su trabajo y salió del salón sin mirar atrás.

Lo miré con el ceño fruncido.

¿Tan mal se la pasaba al lado de una chica? ¡Vamos! Que no le he dicho nada.

Bufé y me disponía a guardar mi estuche donde guardaba las plumas cuando vi el cuaderno de José.

Había varios que se quedaban aquí después de clases, y si lo agarraban iban a ser crueles con él.

Tomé el cuaderno y lo eché a la mochila.

***

—¿Qué te tocó a ti, Cami?

—La Odisea –le di un mordisco a mi sándwich.

Me sentía mal por no prestarle atención a mis amigas.

Sé que Mili lo pasó mal al estar con la fresa del grupo y para Clara no fue mejor. Le tocó el chico que la tenía en un altar en casa (O eso suponíamos Mili y yo).

Estaba buscando a José con la mirada. A veces me lo encontraba gracias al cabello de su amigo pero hoy no lo veía por ningún lado.

—¿Camila? ¿A quién buscas? –Clara estaba con el ceño fruncido intentando ver lo que yo veía, pero como no veía nada en específico estaba confundida. Tenía esa carita de cachorrito perdido que me encantaba que hiciera.

—A nadie –suspiré -¿Cómo te fue con tu devoto?

Rodó los ojos y se cruzó de brazos.

Nos contó como el chico que estaba obsesionada con ella le ofreció hacer su trabajo por ella más de cuatro veces, intentó tomarla de la mano y rozaba su pierna constantemente con la de ella.

Cuando iba a proponerle hablar con alguien para que estuviera al tanto el chico pelirrojo entró en mi campo visual y casi salté de mi silla.

Mis amigas me miraron raro pero no les dije nada además de que volvía enseguida.

Tomé mi mochila y camine lento para parecer casual el encontrarme con el amigo de José. No quiero que piense que lo estuve buscando desesperadamente durante veinte minutos...que fue lo que en realidad hice, pero vamos, que nadie se tiene que enterar.

BROKEN [Jos Canela]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora