Elle
-Light... ya... por favor... -murmuré agotado de estar en la misma posición por más de cuarenta y tantas horas-, basta de esto... -él, me observó.
Sus penetrantes ojos marrones me fulminaban con fuerza y me hacían desear correr.
-No -fue su respuesta. Seca, dura y muy severa.
-¿Cuánto... tiempo más estaré aquí...? -solté agitado. Mi garganta se encontraba seca, mis labios estaban partidos y sentía el desagradable olor de mi cuerpo cada vez más sucio.
-Hasta que aprendas a... -su respiración se volvió pesada y sus ojos, peligrosas dagas- no ser infiel... -se mordió el labio tratando de aguantar el ataque de histeria que sabía, no tardaría en llegar.
-No es cierto... -susurré por lo bajo. Teniendo miedo de estar atado a la silla más tiempo. Deseaba salir de su sótano. Mi tutor debe estar muy preocupado por mí.
-¿No es cierto...? -se levantó del suelo con una lentitud que me hizo poner el vello de punta- ¡¿Cómo que no es cierto?! -agaché la cabeza asustado y con agresividad empuñó sus manos con tanta fuerza que sus nudillos de rojo pasaron a blanco en un par de segundos-, ¡¿insinúas que miento, es eso?!
-No...
-¡¿Es que no te he dado todo lo que he podido?!
-Sí... es sólo que...
-¡NADA!, ¡no quiero escucharte! -sus ojos se hincharon y se volvieron acuosos-. ¡Es que mi amor no te basta! -caminó hasta mí y con fiereza estrujó sus dedos contra mis hombros haciéndome soltar un desesperado quejido de dolor-. ¡¿Tenías que intentar buscarlo en otra parte?!
-Sólo... ¡AH! -volví a gritar al sentir sus manos intentando perforar mis clavículas- le presté un cuaderno... ¡Ah! juro que no fue nada más...
-¡Mientes! -en sus ojos se derramaron un par de lágrimas frustradas.
-Light... ¡Ah! due... duele... me... Me haces daño... -sus uñas se enterraron con tanta fuerza en mis hombros que me provocó soltar otro desgarrador alarido, el cual, por fortuna, le hizo reaccionar cuando vio la sangre manchar mi camisa y extenderse por la misma.
Me soltó con brusquedad y noté el pánico en su rostro.
-Oh, Dios... -su tensa expresión se esfumó por completo para ser reemplazada por la más sincera de las preocupaciones-, ¡lo lamento, en serio! -empezó a mirar en todas direcciones, desesperado-. Yo... Yo...Soy un monstruo... -sus manos comenzaron a temblar y se mordió el labio con pavor- soy un monstruo... Soy un monstruo... Soy un monstruo... -comenzó a repetir perturbado.
-Light, no... -me forcé a sonreír e intentar consolarle-, tranquilo, no... no es nada... -su cuerpo, el cual no había parado de tambalear, se detuvo.
-Ya sé... -sonrió emocionado. Eso no puede ser bueno-. Te... Te lo compensaré -se acercó a mí y frenético, desabrochó mi pantalón bajándolo hasta mis tobillos.
No... Definitivamente no es algo bueno.
-N... no... Light, no es necesario -hice amago de apartarlo, sin éxito.
-Déjame compensar el mal rato... Te gustará... -me bajó el bóxer y su rostro se metió en mi entrepierna.
-En serio, n... no... -sus manos empezaron a frotase entusiasmadas por mi miembro dormido.
Hice el intento de resistir a sus caricias, sin embargo, cuando me percaté del suave tacto de la lengua de Light rozar contra mi sensibilidad... La necedad se me fue a la mierda... junto con mi autocontrol.
-Ah... -gemí al sentir su boca metiéndose la punta de mi pene.
Light era capaz de encender mi piel sin esfuerzo.
-¿Te... Te gusta? -preguntó concentrado en lo que hacía, al tiempo que asentí en un gruñido. Su saliva se deslizaba por mi longitud haciéndome estremecer y ladear la cabeza de puro placer-. Está... tan caliente... y es mía... Sólo mía... -soltó al momento que me dedicaba cortos besos húmedos en la base de mi pene. Gruñí excitado al sentir un calor sensual invadir mis extremidadades.
-¿Te... gusta esto, Elle?
-S...sí, Light... -suspiré percatándome del calentón que tenía encima- sí me gusta...
Sonrió.
-Me alegra mucho oír eso, Elle -tomó una bocanada aliviado y soltó algo que me llegó peor que un balde de agua fría-, ya que te quedarás aquí mucho tiempo.
-¿Q...qué...? -pregunté confuso.
-Que estarás aquí mucho tiempo, y pues... Bienvenido al sótano.
