Capítulo V: Insomnio

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CAPÍTULO V

El reloj ha marcado apenas las 3:00 de la madrugada y yo he despertado. Esta vez no ha sido ninguna de mis tan continúas pesadillas lo que me ha despertado, en esta ocasión es la curiosidad lo que me ha quitado el sueño. Apenas abro los ojos y está allí, la caja que no me canso de maldecir. Mataría por saber su contenido.

Me despego de la cama siendo sigilosa para no arrebatarle el sueño a Pauline que se encuentra a un lado mío, doy un par de pasos hacia el guardarropa de enfrente a la cama, sobre él está dicha caja. La tomo con mis manos y me pierdo contemplándola, como queriéndola abrir con tan sólo los ojos.

La golpeo, agito, estrujo, incluso llego a mordisquearla y nada parece abrirla. Es el inútil mi esfuerzo.

Contemplo lenta y nuevamente cada parte del cubo y logro ver una muy diminuta cerradura, allí no entra ni una aguja. Pareciera que quien la diseño sabía que la caja caería en manos de curiosos y entrometidos... Como yo.

Son las 4:30 A.M. y la estúpida caja ya me ha quitado hora y media de mi sueño. Insisto en ella cada vez más.

Doy un violento golpeteo contra ella y tan fuerte fue el sonido que Pauline se despega del colchón de un sólo brinco.

-¿Pero qué demonios? ¿Jamie?- Dice ella con voz de pánico.

-Pau... Pauline.- Digo entre tartamudeos.

-¿Qué fue ese sonido? ¿Qué haces despierta a estas horas?

-Tranquila, no pasa nada, sólo me levanté al baño. Todo bien.- Dije mientras obviamente escondía la caja detrás de mi entre mis manos.

-¿Qué escondes? Suenas nerviosa.

Carajo, tenía que ser tan torpe para despertar a la única persona que predice mis acciones. No puedo más con esto, debe saberlo.

-Dime de una vez por todas que contiene esta estúpida caja, Pauline. Ya no soporto esta curiosidad que se me sembró desde el primer día que llegaste. Mientras acomodaba tu equipaje esto salió disparado y muero por saber que contiene.

-Venga, tranquilízate. Eso no importa.

-¿Qué no importa? ¡Sólo mírame!

-Jamie, no eres la única que pasa por eso.

-¿Eh? ¿A qué te refieres, Pauline? No me vengas con otro de tus juegos de palabras.- Respondí bruscamente.

-No, Jamie... No es eso.- Dice mientras su voz parece quebrarse y una lágrima cae por su mejilla izquierda. -Meses después de casarme con Richard encontré esa misma caja debajo del asiento de su coche. Al principio no le di importancia, pero después me alarme porque el actuó como un loco cuando se enteró de que la moví. Pasé muchas noches de insomnio y llanto pensando que me ocultaba algo que tuviera que ver con otra mujer, pero al comentárselo a él sólo me respondió diciendo que no fuera tonta, que él me amaba y sólo tenía ojos para mi. Fue entonces que le pregunté porque el contenido era tan secreto y sólo me dijo fríamente que no volviera a tocar el tema. No era mi intención traer esa cosa conmigo, la noté apenas desempaque, debió haberse quedado en esta maleta después de que Richard volvió de Mosku.

-Vamos, no creo que sea tan grave.- Dije yo mientras la abrazaba para consolarla de su sigiloso y calmado llanto. -¿Y si la intentamos abrir y nos despejamos las dudas?- Pregunté.

-Es inútil, Jamie.- Contestó. -Ya he intentado hasta disparándole directamente pero la bala no perforó, sólo dejó un ligero rasguño. Mira.- Dijo mientras me señalaba el lugar.

Joder, ¿Ni un arma de fuego pudo atravesarla? Esto es tan confuso que no me queda de otra más que decirle a Pauline que volvamos a la cama, que después averiguaremos juntas.

El reloj ya marca las 6:15 A.M. y mi cabeza está saturada de dudas, el contarle a Pauline pensé que solucionaría alguna, pero todo salió contraproducente. Creo que a ambas nos está comiendo la curiosidad por dentro.

¿Qué será tan importante o grave para que Richard, un hombre "correcto" halla invertido tanto en seguridad de éste artefacto?

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