Capítulo 2

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Me deslizo rápidamente, por los verdosos adoquines de la plaza. El chillido de señora se repite por enesima vez, pero ahora con menos intensidad.

Me paro en seco ante la sangrienta escena, observando cada detalle a mí alrededor. Es tan impresionante la carnicería, y demasiado grotesco describirla.

Sin duda es el mismo tipo de asesinato. Aunque con una notable diferencia. El culpable es tan sin verguenza de honrarnos con su presencia.

A no más de dos metros de mi, está el asesino, un demonio con apariencia adolescente. Calculo, que de mi misma edad.

Ojos rojos caemesíes llenos de furia y un deplorable aspecto de mendigo psicópata. Tiene la cara llena de cicatrices y por ellas supura un líquido negruzco. La lucura invade todas sus facciones.

Se vira al darse cuenta de mi presencia, ocultarla es una tarea difícil cuando tienes, más poder del que puedes esconder. Realmente ser nivel doce es una gran molestia. Y ya ni quiero pensar en el nivel prohibido, el de la reina, conocido como el nivel 13. Solo ella es tan poderosa.

El chico hace un amago de escapar, pero Evil es más rápida. Le agarra del cuello y sin piedad lo inmoviliza de un golpe contra la pared más cercana. El movimiento sucedio en un "visto y no visto". Alguien normal habría muerto por aquello. Pero este chico era un demonio, un nivel 5 enclencle, pero demonio al fin y al cabo.

Lo suelta, y el ser cae por su propio peso.

- ¿P...por qu...qué? - exclama medio inconsciente.

- Te atreves a preguntarme maldito imbécil.

La chica impaciente hace el amago de golpearle.

- ¡No! - Grita en tono lastimoso - Por favor.

- Por favor? Ja- Suelta una mueca de desagrado - no me hagas reir.

- Esta es mi venganza...- Por las mejillas empiezan a caer lágrimas- Déjame en paz.

El demonio empieza a llorar desconsoladamente.

- Ellos me hicieron esto... - comenzó a decir.
Se agarro la cara con las manos tapandose las cicatrices supurantes. El chico frustrado se arranca la gabardina dejando su demacrado torso al descubierto.

Me siento un poco mal al ver el moratón que le provoqué.

- ¿Por qué no sanan? ¿Cómo te hiciste eso? - digo en el tono mas conprensivo que puedo.

- Esos malditos cazadores, me hicieron algo. Hace unos siete años me desperté en un lugar cerrado, estaba atado de pies y manos a una pared débil sin fuerzas si quiera para resistirme, desde mi celda escuchaba todos esos gritos, día y noche. Me estaba volviendo loco no podía soportarlo, como venían por las mañanas y me sacaban a rastras, como me trataban, como me torturaban, con el tiempo llegué a no poder distinguir mis propios delirios de la realidad. Cuando ya llevaba unos meses largos y pensaba que nada podía ir peor... - traga saliva- una voz que nunca pensé volver a oír, llamo la atención de mi aturdida y descompuesta mente. Mi hermanita pequeña, el ser que más quería en el mundo.

Me mira directamente a los ojos, no para ver si su relato me importaba o no, lo hacía por él, quería continuar, quería sacar de su mente todos y cada uno de sus dolorosos recuerdos, echarlos... y cerrar con llave.

- Escuche su voz, y entonces su dolor se sumo al mío. El tiempo siguió pasando, lento, hasta que  desapareció y su llanto se dejo de oír. Ese día juré venganza. Me habían quitado todo ya no tenía nada que perder, ni siquiera la vida pues eso ya no podia considerarcomo tal. Estaba muerto en vida . Un día se descuidaron y conseguí escapar. Volveré para hacerles pagar... - exclamó encolerizado.

Demon chroniclesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora