Capítulo 1

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La luz de luna ilumina el callejón, la niebla baña cada rincón del tétrico y húmedo lugar. Sin descanso un ruido se repite, el incesante eco de una gota en el humilde suelo de piedra; tal vez se dejaba caer de una de las desvencijadas cañerías de madera. Tras un breve parpadeo, lleve la vista al suelo. Con el ceño fruncido y un cierto aire de indiferencia, recorrí el callejón por enésima vez; ante mí se encontraba un ser humano. Un cadáver para ser exactos.
El cuerpo había sido descuartizado, una extremidad descansaba a lo lejos con un hilo rojo tras de sí. Esta escena encarnaba el significado de la palabra "masacre" Sangre reciente rociada por todos lados, vísceras, órganos y extremidades. ¡Vaya, esta ha echado el pulmón por la boca! Y literalmente...un momento ¿Por qué estoy pensando esto? Aparto la mirada bruscamente, del gélido semblante de la víctima, ojos abiertos como platos y facciones de puro terror. Al parecer sus últimos momentos de vida, no habían sido lo que se dice; agradables.

Me giro con la intención de buscar al asesino. Este grado de comportamiento, y rabia incontrolable...tal vez ha sido obra de un demonio. Mmm de uno muy cabreado. Después de pasar un buen rato en postura dubitativa, intentando deducir lo sucedido, al final llego a una conclusión. Ya lo tengo, algo me dice que es un nivel 5.

Me deslizo dos pasos hacia delante; la brisa nocturna roza mi pálida piel y ondea mis oscuros cabellos de azabache. Siempre me ha gustado esta sensación de calma.

Un fugaz pensamiento se pasa por mi cabeza; debo huir cuanto antes de la escena. El demonio que hizo esto ya no está por aquí ¡Debo encontrarlo! Además, ellos no tardarán en venir a echar un ojo.

Sinceramente creo imposible, que nadie haya oído aquel grito, uno de esos que se escapa de lo más profundo del alma y te rasga la garganta cual cuchillo, uno de dolor, sufrimiento, angustia e impotencia...al ver como se te escapa la vida, como mueres y sabes que no puedes hacer nada para evitarlo.

Seguramente la mitad de la población estaría alarmada, un lugar tan silencioso como este. Un pueblecito de agricultores en mitad de la nada.

Es hora de ponerme en marcha, tengo una misión; deshacerme del capullo homicida.

Tengo una orden - Suelto un suspiro de indignación - Odio que me den órdenes.

El destino de estos estúpidos seres me trae sin cuidado. Los humanos pueden llegar a ser más odiosos que nosotros.

Debo obedecer, por ella...ella tiene mi más completa lealtad.

Las normas son las normas y todo el que las incumpla tendrá su castigo; esta es nuestra política y así se ha dictado. Aunque mi parte rebelde este en contra de la mayoría.

La oscuridad de la noche es inundada por millones de sonidos diferentes, los grillos, los búhos y la brisa que hace tambalear suavemente las hojas de los árboles, del cercano bosque.

Mientras, yo sigo con mis pensamientos.

Un sonido más se une a la orquesta nocturna, uno hueco e incesante.

¿Pisadas? ¿Caballos?

- Mierda -El insulto fue casi inaudible.

En eso volví a la realidad de un salto, debo evitar ser vista. Como alma que lleva el diablo corro hacia la salida del callejón, pero ya es demasiado tarde. Me choco contra uno de los bayos equinos provocando la caída del jinete y del caballo.

- Vaya, vaya ¿Qué tenemos aquí?

Un hombre de mediana edad se me acerca, pelo canoso, nariz pronunciada y grandes ojos rasgados. Una cicatriz le recorre la parte derecha del rostro.

Demon chroniclesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora