Celos amistosos

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Después de esa charla tan monótona, fui a mi casa intentando convencerme de que el en verdad era un buen partido para el amor de mi vida, pero mientras más repasaba mentalmente nuestra platica, más cosas negativas encontraba. Al llegar a mi casa me di cuenta de que lo odiaba como si hubiese hecho algo en contra de mí.

Después de casi mes y medio coincidí con Vicky fuera de una librería, yo iba tan en mi mundo que no me di cuenta de quién era hasta que me tomo del brazo fuertemente y lo jalo.

Fue para mí tan sorpresivo que me caí tirándola a ella encima de mí, tenerla tan cerca fue lo más hermoso que me pudo pasar en ese momento, sin embargo la realidad de que solo era su amigo destrozó mi pecho.
Ya una vez de pie, le pregunté el porqué de ese brusco "saludo", sonrió un tanto avergonzada y dijo:

-¿Que te pareció, es el indicado?

Titubeante, la mire a los ojos y la tome de las manos y dije:

-A mí no me parece buena idea, el no merece estos gratos saludos- mientras decía esto puse mi mano sobre mi hombro, me miro con tristeza y bajo la cabeza. -Lo decía en broma- solté al ver una lágrima correr por su mejilla. La estruje contra mi pecho, y le seque la lágrima.

Aquella tarde terminamos tomando un café en la misma cafetería donde conocí a aquel que parecía ser una mejor opción para ella.

Y respecto a tu pregunta- dije con tono temeroso- es mejor de lo que siempre creí que sería- dije tragándome todo mi orgullo.

¿-Es en serio?- pregunto con nuevas ganas de reír. Era feliz al ver esa hermosa sonrisa aunque yo no fuera el motivo.

Días después de esto volví a quedar con Alejandro, para intentar ponerle al tanto de lo que según yo pasaba.

Al final habiendo pasado una hora, los dos nos callamos y quedamos viendo fijamente nuestras bebidas.

Al retirarse me dedico un gesto de gentileza y agradecimiento como si yo fuera el padre de Vicky y apoyara su relación. Unos minutos después de que el saliera salí yo, algo confundido por lo que acababa de pasar.

Incluso cuando llegue a mi casa aún no podía quitarme las palabras de ambos y el gesto que él me dedicó, toda la noche, aún durante el sueño recordaba cada vez más clara la expresión de Alejandro y las voces, sus voces.

Al día siguiente desperté más exaltado que nunca, me levante y fui a la cocina, de repente vi una nota escrita con la letra de Vicky, pensé que comenzaba a alucinar con ella así que simplemente la ignore... Después de prepararme el desayuno volví a notar aquella nota, convencido de que mis alucinaciones no podrían durar tanto tome la nota y la lleve hasta mi asiento.

Al leerla me di cuenta de que nunca antes había visto una nota más expresiva, en ella se denotaba la desesperación de su escritor.

Pedía verme en el parque a las 9:00 a.m. en cuanto la leí eran las 8:34 a.m. salí corriendo hacia mi habitación y comencé a buscar algo que ponerme.

Después de asearme salí disparado al parque en el cual me había citado, al llegar (algo exhausto) la vi, sentada en una de las bancas del parque, su rostro se veía aún más bello a la luz de un sol otoñal.
Me acerque lentamente hacia ella para que su cara no perdiera ese encanto sino hasta poder rozar su mejilla con mi mano. Al sentir mi mano giro de forma brusca, puse mis manos sobre sus hombros y agregué

- Siento el haberte asustado, pero quería simplemente sorprenderte.

Después de eso, indico que me sentara a un lado. Ya estando los dos sentados, ella posó su mano sobre mi rodilla, y dijo:

-Realmente no sé qué me pasa... He intentado casi todo para que tu... Mi mejor amigo consiguiera a alguien con quien compartir una historia de amor...

Al oír esto mi corazón salto de su sitio por la conmoción de amor que aquellas palabras produjeron en mí.

-¡Realmente no estoy solo!, he conocido a una chica. Y es ella el motivo de que me halla distanciado- dije mientras bajaba la mirada pues no quería que viera mis ojos húmedos por el llanto contenido.

Después de unos minutos de charla, decidí que no podría fingir más sobre mi estado de ánimo, así que sobreponiéndome a mi verdadero humor me despedí y retire sin ver hacia atrás.

Ya en casa un poco más relajado me di cuenta del error que había cometido... ¡Tenía que inventarle una vida a la chica que supuestamente había conocido!    

Mitomanía: sintoma de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora