Sepia corazón

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-No me puedo creer que tu seas esa niña despeinada e incontenible- dije deteniendome en seco frente a la fachada de la casa, ohh esa casa, ahora creo que si me conociera.

Solto una risilla con un nuevo matiz a satisfacción mientras se acercaba a la puerta para abrirla, al empujarala dejo ver un salón más grande que el común, se volteo y pregunto si queria entrar a tomar algo, accedí siendo atraido más por los recuerdos que por la propuesta.


-¡He vuelto!- dijo a voz de grito al entrar.

-¿Vives con alguien?- me entro la curiosidad al presenciar esa entrada propia de algun dramaturgo.

-No, para nada... solo que despues de tantos años con mis padres, ya sabes las costumbres sobreviven muchos años- dijo mientras se acomodaba un mechon de cabello detras de la oreja derecha, un gesto que realmente me podia cambiar el animo para bien en cualquier situacion.

-Entonces- dijo mientras se dirijia a la cocina- ¿Despeinada e incontenible? ¿¡En serio!?, ¡Es lo más relevante que te vino a la cabeza!- entono mientras regresaba al salon con dos copas de un vino ligero.


-Al menos te empiezo a recordar- dije sin tener en cuenta las consecuencias que esto traeria-, siempre creí que te veias muy linda con ese aspecto despreocupado y jugueton- entone mientras le sonreia de forma un tanto burlona para provocarle uno de esos arrebatos que me enternecian.

Y sucedio, obligandose a acabar de forma rapida con el contenido de su copa, la dejo sobre la mesa y espero paciente a que terminara la porcion de vino que me habia dado, sin darse cuenta hasta diez minutos despues que yo me encontraba ya jugando con la copa desde hacia ya cinco minutos, me arranco la copa de la mano, tomo la suya y se fue a la cocina, al termino de un minuto volvio al salon, tomo un cojin y me lo estampo en la cara, al momento solte un alarido, más de sorpresa que de dolor, me hice tan atras en el sofa como pude con las manos en la cara, ella al ver esta fantastica actuación de dolor finjido se preocupo, y paro de inmediato el juego apenas hace algunos segundos comenzado, cuando senti que estaba lo suficientemente cerca de mi rostro, en ese momento quite ambas manos tan rapido como pude, la tome de la cintura y me gire, de tal forma que su cuerpo quedo en donde hace unos instantes estaba el mio, ella comenzo a gritar para que la liberara, sin tener alguna intencion de hacerlo le amordacé con una mano y sostube con la otra sus dos manos, al momento empezo a morderme el dorso de la mano, cosa que si me provoco un dolor agudo que me hizo soltarla en el acto, me rodeo el cuello con ambos brazos y la cadera con las piernas, pego su torzo lo más que pudo al mio, despues de estar seguro de que estaba bien sujeta me levante cargandola y sali corriendo a travez del salon con la poca visibilidad que aun tenia, di una o dos vueltas cargandola hasta que volvimos a encontrar el sofa que habiamos dejado por la travesia a ciegas, y como se esperaba caimos, yo de espalda y ella sobre mi, luego tocar la superficie suave ella se irguio sin levantarse del todo, depues de un tiempo de silencio y de vernos a los ojos, ella se recosto en mi pecho no sin antes plantarme un beso espontaneo y confortable.

-¡Que escena hemos armado- dijo despues de quince minutos de completo silencio.


-¡Digna de espectadores!- dije aun un poco cansado.


-Y... ¿Que querias saber?- pregunto mientras se levantaba de mi cuerpo y se hacia la despistada para no seguir con un espectaculo para mayores de edad.


-¿¡Quien diablos eres!? ¿¡Que le hiciste a la muy poco seria de mi novia!? y... ¿Que te paso en el cabello, parece que puedes criar polluelos en aquella maraña?- exclame con un tono por demas jugueton y provocativo para otra ronda de golpes y galopes.


-Y ahora te pones bromista, ¡A este paso te acabare por desconocer antes de que tu me recuerdes!-grito en tono burlon y me dio un golpecito en el pecho.


-Ahora que lo pienso... ¿Quien soy yo?- dije con animos de hacerla enojar-... Pero ahora en serio, mientras me golpeabas recorde mas detalles: yo era él que estaba detras de ti todo el tiempo, nunca me dejaste demostrar que te amaba.


-Y ahora es mi culpa que no me recuerdes ¿¡Es en serio!?- grito aun mas fuerte (ahora que me doy cuenta casi siempre hablaba a los gritos), y se levanto de la pose extraña que aun manteniamos- ¡Siempre estuve YO atras tuyo!.


-Pero tampoco me regañes- y agregue en un susurro- Solo falta que me pegues alguna bofetada para completar la escena de madre abnegada e iracunda.

Parecio no escucharme, o tal vez ignoro por completo mi comentario malaventurado. Se alejo un poco de mi lado, y yo para detenerla la sostuve de la muñeca (tal vez con mayor fuerza de la que yo mismo esperaba), y la atraje a mi cuerpo, una vez estando de vuelta junto a mi hice que se sentara de nuevo y le abrace hasta que se calmo, despues de ello se reclino en el sofa y seguimos charlando de un pasado que a cada momento se volvia mas nitido.

Ahora, vuelvo a olvidarlo, asi que me pido perdón a mi mismo por no recordarlo. Aun asi, los nuevos recuerdos que forme con ella nunca los olvidare, es decir, como olvidar a esa pequeña inquieta (aun a los 25 años) que sin temor al mundo fue, es y sera ella misma.

Pero como siempre, el universo decidio arruinarme aquel bello dia, y recibi un mensaje de texto de Victoria (quien mas podria arruinarme algo tan bello):

Hola Roberto:

Si te puedo ser sincera (si aun me crees mejor dicho), quiero que sepas que lo siento, y que quiero solucionar y salvar la relación que tenemos... ¿Que dices si nos vemos mañana en el parque del conflicto a las 4:00 p.m? o dime donde quieres charlar, cualquier cambio llamame.

Solte un suspiro de frustracion en cuanto termine de leer la ultima linea del texto.


-¿Que pasa?- inquirio Patricia (Kelly) con un aspecto de preocupacion.


-No pasa nada, no te preocupes... la desquiciada de Victoria quiere verme mañana para solucionar el altercado.




Mitomanía: sintoma de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora