Caps 11 y 12

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11.

Nunca había pasado tanto miedo. En los ojos de aquella criatura de piedra se mostraba tanta maldad que habría hecho  retroceder al mismísimo Hitler, si lo hubiera tenido delante. Y el hecho de que sólo pudiera moverse en la oscuridad, lejos de ser una ventaja, era un agravante de la situación, porque si había más de ellos ahí fuera, tener que enfrentarlos a oscuras no era nada agradable de imaginar.

-¿Por qué un Ángel Lloroso ha venido hasta aquí?- preguntó Kairi mientras se levantaba y se sacudía los restos de piedras que quedaban en su ropa.

-¿A por quién?, es la pregunta- dijo el guardián mientras se giraba y supuse que clavaba su mirada en la mía. Los demás hicieron lo mismo, todos me miraban. 

-Hay que proteger a Amanda, será mejor sacarla de aquí- respondió Joe. 

-Sin duda- continuó Pierre. -Kairi, Christian, os llevaréis a Amanda de aquí. Hay un lugar seguro...-Pierre dejó de hablar repentinamente y miró hacia la entrada, desde donde había entrado el ángel, mientras se empezaban a oír unos extraños sonidos. 

-Hay más.-dijo el guardián de forma certera. Kairi y Christian se acercaron a mi.

-Lleváosla de aquí, ahora-dijo Ixion mientras todos comenzaban a correr hacia la entrada. Christian me cogió de la mano como cuando me sacó de la cárcel, Kairi hizo lo mismo y bastó un parpadeo para desaparecer de nuevo de aquel lugar.

Ahora nos encontrábamos en Ciudad de Paso de nuevo, la desolada Ciudad de Paso. Con la arena metiéndose entre mis párpados intenté hablar.

-Oye, aquí soy yo la que más miedo tiene- me medio ahogué porque ingerí algo de la arena que arrastraba el viento pero me recompuse rápido. -Pero no creo que huir sea la solución más práctica- Christian y Kairi se miraron como si a ellos la arena no les afectara.

-Amanda-dijo Kairi. -Los ángeles llorosos son las criaturas mas crueles de la creación, y si luchar contra uno es difícil, imagina si son varios- 

-¡Pero no podéis dejarlos ahí solos!-dije intentando convencerles, nisiquiera yo sabía por qué lo hacía, pero había algo que me llamaba a estar en ese lugar.

-No vamos a volver Amanda- La voz de Christian sonó dura y concisa. -No te pondré en peligro por un simple capricho.- Entonces algo dentro de mi hizo que me llenara de rabia y cargara contra Christian. Me tiré sobre él haciéndolo caer al suelo y llenándolo de arena.

-Amanda, ¡¿qué estás haciendo?!- gritó Christian mientras forcejeaba conmigo. Pero ni yo sabía qué estaba haciendo, era como si no fuera dueña de mi cuerpo, sentía ganas de matar a Christian, era como si de repente un instinto asesino se hubiera apoderado de mi. En un despiste de éste conseguí alcanzarle la cara y le dejé marcados tres profundos arañazos. Rápidamente Kairi corrió y me empujó haciendo que me separara de Christian, yo me quedé en el suelo entre sentada y tirada mientras ella lo ayudaba a levantarse. Había vuelto en mi. Estaba atónita con la situación, había sido consciente de mis actos, pero no dueña de ellos, era como si de repente mi vida hubiera pasado a verse en tercera persona, sabía que le estaba haciendo daño, pero no podía parar.

-Chri... Christian, yo...- No había excusa posible para lo que había hecho. Volví a ver esa mirada en sus ojos azules, esa mirada de miedo, y mas abajo de su ojo derecho, tres de mis uñas habían dejado una marca de sangre que sería difícil de olvidar. Intenté levantarme, pero Kairi me indicó con la mano que me quedara en el sitio.

-No te acerques hasta que no te hayas calmado Amanda.- dijo con una voz distante, muy diferente a la que anteriormente había tenido conmigo. 

-Me he calmado, de verdad, no sé que me ha pasado- Y era cierto, no lo sabía, y no podía dejar de mirar a Christian, el cual me miraba como un niño mientras yo intentaba no perderme en sus ojos.

Buscando Ángeles- El reino de piedraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora