Una Segunda Oportunidad [JCA 2]

Capitulo V: Manual para Decir La verdad.

Nick

Tengo que pensar exactamente en qué voy a decirle y como se lo voy a decir, además de preparar todo. Cuando veníamos con mis papas recuerdo que la azotea era mi lugar favorito, me parece que algo voy a tener que hacer con eso.

- ¿Estás callado porque te gusto mi compañera de trabajo o porque te fue muy mal anoche? -Pregunto Emily mirándome mientras caminábamos.

- ¿Se supone que debo responder a tu pregunta? -Ella se detuvo.

- Se supone. -Lo hizo de nuevo, ese tono desafiante que consigo constantemente en Allison.

- No me fue bien anoche. -Dije caminando.

- Eso es porque eres hombre. -Dijo ella segura- Ustedes creen que todo lo pueden solucionar con una disculpa y con esa sonrisa compradora que tienen y la verdad es que no somos así de fácil.

- Tú ya eres toda una mujer, aconséjame. -Dije en un tono burlón pero me parece que ella no lo capto.

- Tienes que decirme primero... ¿Qué le hiciste?

Revolee los ojos al mismo tiempo que hice un mohín. La mire y bueno, termine diciéndole lo importante.

- Le mentí y se entero de la peor manera. -Dije sin mucho detallen.

- Eso no se solucionan con flores, que idiota eres. -La mire sonriente, suena mucho a ella.- Deja de reírte porque te va ayudar tarzan ¿Estamos? -Arqueo una ceja y asentí no podia dejar de reir igual

- Mandona.

- Viene de familia. -Replico- ¿Por qué no le dijiste la verdad?

- Porque... -Estaba aterrado- No la quería perder... pero tampoco podía estar con ella sabiendo que le podía hacer daño.

- ¿Entonces la ilusionaste y rompiste su corazón? Con razón no te quiere ver más. Es obvio que te iba a ir mal.

- Podrías dejar de regañarme. -Dije algo irritado ya- Se que fue una estupidez de mi parte, tengo suficiente con vivir con eso, no es necesario que me lo recalques.

- ¡Uy! -sonrió- Entonces ¿Es verdad? Estas enamorado... -Ella sonrió como si creyera que eso jamás iba a pasar.

A mi también me sorprendió hermanita.

- Como un loco. -Sonreí- Tanto que tome ese avión para aca, sin pensarlo dos veces rogando que tan solo me escuche... -Suspire, ahora sueno muy patético.

- ¡Ay! -Lo soltó con un ruido tan... insoportable que la mire extrañado- Debe de ser una gran chica.

- Lo es. -Sonríe- Aunque está loca...

- Aprende algo hermanito, todas las mujeres estamos locas. -Sonrió- pero sin locura no hay felicidad, así que disfrútala, ahora... planeamos como la vas a recuperar.

- ¿Me vas ayudar?

- Si no vuelve contigo... me cambio de nombre. -Sonrió.

Fuimos a comer a un restaurante que a ella le encanta de aquí de Londres, tiene unos decorados en rojo y las mesas son redondas estilo francesa, aunque me parece que es de comida italiana Princi se llama, nos sentamos y la espera en comida italiana pidió para los dos y un vino blanco.

Me reí de verla tan elegante y se podría decir que culta.

- Así que eres una mujer de mundo ahora. -Ella se rió.