Lia Morrison

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Cuando por fin me mude sentí una mezcla de ahogo y felicidad que espero no se repita. Pensar que me levantaría y mi madre no tendría el desayuno listo, mi padre no me regañaria por mi ropa, mi hermano no usurparía el baño... Hmm.. Eso es agradable. El departamento lucía enorme y vacío, el aire estaba frío. Tome el teléfono y organicé una reunión con mis amigas; no quería quedarme sola, no me sentía lista.

Para las 8pm mi depa era un caos. Ropa tirada, música alta, juegos, maquillaje, todas unas señoritas. Este es el momento en que mi madre me castigaría... Dios, como la extraño. Pero ellos consideraron que tengo edad para hacerme cargo de mi, que soy madura y responsable... No se por qué creen eso, yo no lo creo.

Mientras todas gritan yo termino de desempacar, asumiendo que no aparecerá una cámara y dirán "esto es una broma para la tv, toma tus cosas y vuelve a casa" es hora de ponerse seria y enfrentar la realidad: estoy en mi departamento sin una madre que lave mi ropa, haga la cena y me de dinero. -Lia, volcamos salsa en la alfombra.

*el mejor momento de mi vida*

Apagué la luz mientras corría con todas mis fuerzas y de un brinco entré a la cama. Cerré los ojos tapándome hasta la frente y procuré dormir por la eternidad.

*desearía un beso de buenas noches*


Cuando hablamos de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora