un Buen momento

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No sé qué ponerme. Llevo tres horas y lo único que logre es una pila de ropa en mi cama.

Agarro, me pruebo, no me gusta. Así unas cincuenta veces

Suena mi alarma, tengo quince minutos. Por fin, a contrarreloj, elijo un jean naranja, remera y sandalias blancas, chaqueta, algo de maquillaje, medio pelo recogido...

*Timbre*

Corrí hacia la puerta. Y ahí estaba, guapo, sonriente, como siempre.

-Buenos días - dijo plasmando un beso en mi mejilla.

-Buen día - respondí mientras Jack salía del auto y corría a mis brazos - ¿Vamos?

Pasamos el día en el parque. Almorzamos unos sándwiches preparados por Juan, jugamos, tomamos helado e incluso nos tomamos una fotografía. Quizás yo también estaría en su pared.

Todo iba bien, al atardecer lo acompañó una fuerte lluvia. Juan se quitó la campera y nos cubrió, formando un techo, quedando poca distancia entre nosotros. No podía dejar de mirar sus ojos, su boca. Sin darnos cuenta nos fuimos aproximando hasta que nuestras narices se encontraron. Ambos sonreímos, y cuando creí que me iba a desmayar, comenzó a sonar "At your side". Juan se mordió el labio, cerró los ojos, respiró profundo...

-perdón, debo contestar - susurro.

Lo vi alejarse al ritmo de su hola apresurado y desconcertado, parecía no esperar esa llamada. Para evitar interrupciones, silencie mi teléfono, y me propuse jugar con Jack para pasar el rato. Jugué con Jack por una hora.

-lo siento - dijo agarrando a Jack - será mejor que nos vayamos, esta lluvia no va a parar y se ha hecho muy tarde.

-claro, vamos. Soné molesta, y esperaba que así lo fuera. Todo el viaje fui callada, había un clima incómodo.

-Oye Li ¿qué ocurre?

-Nada.

Llegamos a mi edificio. Desabroché el cinturón y tomé mi bolso sin dirigirle la mirada.

-Adiós - dije azotando la puerta. Busqué mis llaves y en menos de un segundo ya estaba adentro, acurrucada en mi ventana, mirándolo. Esperando algo. Opté por poner música y desparramarme en el sofá. "(Kissed you) Goodnight". Quería desaparecer. No sabía por qué estaba tan enojada, aunque estaba en mi derecho, toda una hora, sola y sin recibir explicación. Pero no podía reprocharle nada, no éramos ni amigos. Cuando intentaba ahogarme entre almohadones, llamaron a mi puerta. Lo malo de vivir en un departamento exterior, es que no necesito portero eléctrico.

Abrí la puerta y quedé sorprendida. Al instante Juan tomo mi cintura y acercándonos, me besó. Fue un beso corto, intenso, esperado.

-buenas noches Linda - dijo apretando su frente contra la mía. Y se fue.

*Y ahora que te besé, es un Buenas Noches*

Cuando hablamos de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora