It's okay

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N/A: no es continuación de lo anterior, es más bien un AU con tintes de drabble y fluff (#auxilio).

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Ver las flores de cerezo caer en primavera, es como el preludio de una emboscada al corazón...

Muchas personas te dicen que el amor es algo mágico, que te lleva a descubrir lo maravilloso que es vivir, aún mejor si estás junto a alguien.

Pero hay un punto que nadie te aclara... que el amor es lo mismo que sufrir. Más aún cuando "amas" a alguien a quien "no deberías amar".

— ¡LuHan-ah!

Escuchar su voz es como la bendita entrada al paraíso, al jardín del edén, a mi cama para abrazar la almohada y dormir toda una tarde de domingo.

— Hyung...

Sus ojos iluminándose, sus mejillas regordetas elevándose y su hermosa sonrisa de hámster. A veces, creo estar muerto, solo por el hecho de ver tal ángel iluminando mi camino.

— ¿Llevas mucho rato esperando?

Su expresión de duda es una de las que más me gusta sólo porque lo hace ver como un niño pequeño, tan inocente y puro.

— No, Minseok hyung. Llegue recién.

/Banal mentira, estoy desde hace una hora esperándole, ansioso, nervioso, esperanzado.../

Lo vi expulsar todo el aire de sus pulmones y sonreír tímidamente. Un silencio se formó entre nosotros, tal vez por mi embobamiento, tal vez por su incomodidad, tal vez porque esto no estaba bien.

— ¿Vamos?

Chocó su hombro con el mio en una muestra divertida de estar de acuerdo. Mi corazón latiendo a ciento cuarenta por minuto por un simple roce de su cuerpo. De verdad, ¡necesito un doctor para este mal de amor!

Caminamos juntos hasta las orillas del Rio Han, bueno, no muy juntos... notaba la discreta lejanía de su cuerpo, y no podía evitar doler un poco.

Divisé un buen lugar para sentarnos y, sin pensarlo demasiado, agarré su muñeca para apresurarnos al lugar. De seguro se verían muy bien los fuegos artificiales desde ahí.

Sentí el cuerpo tenso de mi hyung al llegar y solté el agarre lentamente. Habían pocas personas en el lugar pero más de alguno nos había visto y estaban enjuciandonnos con la mirada.

Intenté ignorarlo, sin embargo, sabía que a mi Minseok hyung esto le pesaba un montón aunque no supiera muy bien que pasaba por su mente, -ni su corazón-.

— Hyung, hoy será una buena noche, ya lo verás.

Le sonreí tranquilamente. Nos sentamos en la banca a esperar por el comienzo del nuevo año. Uno, que esperaba trajera consigo buenas cosas, esperanza, una solución.

A pesar de que nuestros cuerpos estaban a una distancia prudente no podía evitar estar nervioso, como un egresado esperando la calficación de su examen de título, como un padre esperando a conocer a su bebé, como una abuelita esperando la visita de su familia... todos tenían algo común, el amor y la felicidad.

"¡Kim Minseok, te amo!"

Mi mente lo grita.

Mi cuerpo lo expresa.

Mi alma lo anhela.

Y las flores de cerezo han comenzado a caer para dar paso a la explosión de hermosos colores brillantes en el oscuro cielo.

Mi cerebro -sorprendentemente- acciona partes de mi cuerpo, mi mano buscando la de mi hyung. Esperanzado, necesitado.

— No, Luhan.

Su hermosa voz resuena fuerte y claro, aún entre el estruendo del cielo y el de mi corazón.

— Pero, Minnie hyung.

— No, Luhan. Basta.

Su cuerpo se aleja, su mirada me acusa y mi corazón se deshace a micro pedacitos.

— Yo no te amo Luhan. Eres un buen amigo para mí. No lo hagas más dificil.

Mentiras, todas y cada una de las palabras que salen de su boca son mentiras.

— Mientes.

Un siseo.

Una estampida de emociones.

— Tienes miedo de lo que dice la gente, puedo sentir tu corazón Minseok y sé que tu sientes el mío.

Desesperación. Me mantuve cabizbajo, evitando que las lagrimas escaparan. Ya estaba cansado.

— No Luhan, tú estás confundido. Dos hombres no se pueden amar, va en contra de la ley de Dios.

Levanté mi rostro. Su cuerpo estaba en una postura a la defensiva, su rostro estaba tranquilo y sus ojos no demostraban siquiera un brillo particular.

Y en este año nuevo, lo único que me preparaba la vida era el sufrimiento, la soledad, el sentimiento abrumador de amar y no ser amado.

Porque las flores de cerezo lo habían previsto... una emboscada al corazón, porque, tal vez, no estaba destinado a ser.

Viñetas XiuHanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora