"Al salir de la ducha encontré mucha sangre derramada por todas partes, tanta que incluso tuve que taparme la nariz, ya que el olor era muy fuerte.
Empece a ver por todos lados pero no había nada, o era lo que pensaba hasta encontrar a moró tirado en el suelo desangrando demasiado rápido, pero lo mas raro fue que no me paré a ayudarlo, simplemente seguí caminando como si no hubiera nada fuera de lo común.
Segundos después me encontraba en la habitación de Ébano y el estaba ahí, tirado en el piso muriendo letalmente por una cortada en el cuello, el quería decirme algo pero la sangre que le desbordaba por la boca se lo impedía.
Pero eso tampoco me detuvo y seguí caminando. En un parpadear de ojos yo estaba en un pasillo con luces encendidas o mas bien velas, lo curioso y aterrador es que cada vez que iba caminando las de atrás se apagaban.
El lugar era simplemente aterrador. El piso de madera parecía demasiado viejo ya que rechinaba de vez en cuando. Sentí como si en cualquier momento se podría romper y caer. Habían murciélagos, sonidos espeluznantes, cucarachas, arañas y una infinidad más de alimañas, más mi paso seguía fluido.
Esto empezaba a aterrarme, intentaba pararme pero por mas que batallaba no lo lograba, mi cuerpo no me respondía.
Mi respiración empezó a acelerase de una manera muy irregular, al llegar a una sala gigante que estaba completamente oscura y sin alguna señal de vida. El único sonido que lograba escuchar era el de mi corazón que latía rápidamente.Una vela se encendió de la nada y una mujer hermosa me sonreía desde lejos, su belleza era inigualable.
Mas al parpadear ella estaba cubierta de sangre y ahora su sonrisa era siniestra y espeluznante, mis padres se encontraban botados en el suelo, desangrándose detrás de aquella mujer que aparentaba ser la culpable de ese devastadora escena. Me producía demasiado sentimientos encontrados, quería llorar, gritar, hacer algo para ayudar a mis padres, a mi hermano, a moro pero mi cuerpo no reaccionaba.
Finalmente un grito ahogado salió de mi garganta mas parecía desgarrador, las lágrimas caían como si tratase de una lluvia incontrolable.
Su voz se escuchaba cercana, como si me lo susurrara en el oído, mas ella seguía en su lugar.
'tu los asesinaste a todos.'
-Yo no-
-y también lo asesinaras a el- dijo señalando a un hombre que se encontraba de espaldas.
Mi cuerpo se puso tenso y mi paso acelero otra vez, pero ahora tenía un cuchillo en mi mano, la cual temblaba incontrolablemente, apretándolo con fuerza.
Cuando iba a ti cometer un peor acto así, yo jamás podría hacer eso. La persona se volteó mostrándome un cuerpo más no podía distinguir su rostro, el me acarició la mejilla como si me fuera a lastimar si aplicaba mayor fuerza.
No lograba ver su rostro pero sentía una sensación enorme de amor me invadía mi cuerpo.
Sentía un dolor terrible en mi garganta, el cuchillo cayó al suelo junto conmigo. No podía pararme, no podía moverme, lo único que podía hacer era ver aquella figura familiar, que con una simple caricia logró hacer sentir amor puro."
Las lágrimas caían de mis ojos, mi miedo todavía no se iba. Creía que en serio lo mataría.
Me abracé a mis piernas y mi llanto empezó a ser cada vez mas fuerte, de vez en cuando salían gemidos de desesperación.
Yo simplemte lo iba a matar, lo iba a matar, lo iba matar.
Esa idea no salía de mi cabeza fácilmente y mi sueño ya no lo podía conciliar, las luces empezaron a parpadear hasta que las bombillas de mi recamara estallaron una por una, me cubrí para que los pedazos de cristal no cayeran a mi cara, mas no pude evitar uno que otro rasguño u cortadas.
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La profecía
Science Fiction-¿Acaso creías que solo te iba a proteger porque te quiero?- dijo inexpresivo. Yo no respondía, solo dejaba escapar silenciosamente mis lágrimas que negaban a contenerse. - Déjame decirte que la única razón por la que lo hacía, era por que así lo q...