Al salir de la casa me dispuse a caminar, con tal apenas son las 5 pm y tengo unas enormes ganas de conocer más este lugar, ya que si voy a vivir aquí tengo que conocerlo y que mejor manera que perderme caminando.
Entre a varias tiendas que estaban a unas cuantas calles de mi casa. Una vez que terminé de hacer algunas compras, entré a una cafeteria por un vainilla-cream.
Así que me senté en una mesa esperando a que me atendieran.
Un señor de unos 40 años, se sienta en frente en mío y me empieza a sacar plática .
- hola hermosa, ¿estás con alguien?- dijo preguntando y mirandome fijamente.
- Eso a usted no le incumbe-dije restandole importancia.
- Vamos, no te hagas la difícil. Solo estaba preguntando- dijo guiñandome un ojo
En vez de fastidiarme por alguien que no valía la pena, me decidí por ignorarlo. Ya que fastidiaría mi paseo y realmente la estaba pasando bien.
-Mire la verdad no quiero problemas, así que por favor, le pido que se retire y me deje estar tranquila
- ¿Por qué tan propia preciosa? Yo solo estaba sacándole plática a una chica tan hermosa como tu-dijo acariciando mi pierna con la suya lo cual me generó una gran repulsión.
Opte porque la mejor decisión sería pararme e irme, así no causaría ninguna escena innecesaria.
Por lo que solo me paré, di un jalon fuerte hacia abajo con mi brazo y me dispuse a marcharme.
-con su permiso-
Vi que estaba confuso, porque tenía el ceño fruncido al máximo y no me contestaba. Seguramente era de esos señores pervertidos que iban por ahí acosando muchachas.
Salí de ahí y me dispuse a caminar para despejar mi enojo.
Durante mi trayecto sentí la necesidad de voltear a mi izquierda, por lo cual eso mismo hice y para mi suerte era el mismo chico de lentes que vi cuando llegué aquí.
Me quedé paralizada al ver que no traía sus lente y cara se podía apreciar más. Por dios este hombre era tan guapo, que no podía apartar mi vista. Su nariz era respingada y su tez con el sol poniéndose, lucía aún más vibrante.
El me volteo a ver un minuto analizándome, supongo y luego siguió con su camino, ya que el semáforo ya había cambiado de color.
Después de haber quedado unos segundos hipnotizada por tal belleza, seguí con mi camino.
Empecé a escuchar pisadas de alguien detrás mío que poco a poco iban escuchando mas cercanas.
El sol ya se estaba poniendo y la gente por las calles era nula.
Sentí una sensación de pánico, no sabía que tan peligroso era aquí. Así que me dispuse a acelerar mi paso y no voltear a ver atrás.
En estos momentos se me ocurrió que podría ser el señor de la cafetería, y podría seguir persistiendo pero no entiendo porque vendría si lo rechacé .Volteó y justamente era el señor todo mal encarado y mirándome fijamente, sentí temor al ver que ahora irradiaba mucha ira y en su mirada - tu- dijo señalandome- maldita ramera de pacotilla.
Pero que pasaba con este, por qué debía de insultarme.
Quedé paralizada al ver como se estaba tornando o situación en mi contra, yo no sabía de que era capa este señor y claramente yo no podría defenderme contra el.- ramer.....-
Logré salir de mi colapso y pensé en una manera adecuada de salirme de esta.
-Le pido que no me insulte de tal manera. Ya que, yo lo único que he hecho es rechazarlo, es su problema si se lo ha tomado a pecho. Así que déjeme en paz- dije con un poco de pánico y viendo a donde podría escaparme.
ESTÁS LEYENDO
La profecía
Fiksi Ilmiah-¿Acaso creías que solo te iba a proteger porque te quiero?- dijo inexpresivo. Yo no respondía, solo dejaba escapar silenciosamente mis lágrimas que negaban a contenerse. - Déjame decirte que la única razón por la que lo hacía, era por que así lo q...