capítulo 3

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-Aileen-escuché la voz de mi madre.

-Voy mami

Salí corriendo escaleras abajo y encontré a mi madre sentada en un sofá con mi padre, ellos se encontraban muy serios.
Con una cierta mirada de culpabilidad. Volteé a ver y también estaba mi hermano el cual se encontraba y mi hermano el cual parecía que tenía muchas sentimientos encontrados.

Una oleada de desanimo me inundó y una lágrima resbaló por mi mejilla.

-Q-que pasa?

-Siéntate- seguí la instrucción de mi padre y me senté a lado de mi hermano regalándole una pequeña sonrisa a lo que el me imito, pero su sonrisa fue débil y pasajera-sabemos que hoy cumplen 12 años- yo asentí energéticamente con la cabeza- pero- a mi madre se le cortó la voz.

-pero- prosiguió mi padre firme y serio-nosotros estaremos fuera.

-q-qué?

No es posible ya van 6 años o incluso toda la vida y siempre es lo mismo una fiesta con extraños que no conozco, conversaciones cortantes y miradas de burla, en pocas palabras un fiesta fría, por interés y calculadora

-pero ...- en eso corte a mi madre

- no es posible que siempre en nuestro cumpleaños se vayan..-sentía como la rabia me inundaba.

- Aileen no le hables así a tu madre,  compórtate jovencita.

- ¿y nosotros merecemos esto? si no van a estar nunca con nosotros ¿para qué nos tuvieron??- dije gritando y en eso mi madre se paró y me dió una bofetada

- Lo-lo lamento- ahora estaba llorando de cólera - no-yo no quise... - se le cortó la voz de nuevo

-¡Los odio! No los quiero volver a ver. Ya no quiero. Ustedes no nos quieren- dije mientras lloraba

-Aileen eres una insolente, como te atreves, cálmate ahora mismo sino....- en eso mi hermano corto a mi padre

- no vuelva jamás a hablarle así a Aileen- susurro mi hermano

- ¿¿qué??- dijo mi padre desconcertado

- Mi hermana tiene razón,  ustedes no nos quieren nada. Pero si no nos amaban  pues lo hubieran dicho y ya. Con tal no los necesitamos, que solos hemos estado siempre - dijo Ébano defendiéndome y retando por primera vez a papá.

Mi madre estaba llorando y mi padre estaba rojo de cólera pero sus ojos igual se les notaba tristes.

-vamonos Aileen - dijo tomándome de la mano y llevándome fuera de casa, al principio me llevo a rastras por que todavía estaba desconcertada, pero luego corrí a su lado, aún con las lágrimas corriendo por mis mejillas, podía sentir como la brisa helaba mi cara y se las llevaba.

No adentramos al bosque que siempre frecuentábamos y nos sentamos en debajo de un árbol.

-¿por qué ?- dije de manera casi inaudible.

-por qué, qué ?- dijo por primera vez mostrando muchas emociones en su cara.

-¿por qué le hablaste así a nuestro padre Ébano? Tu nunca habías hecho algo así-

-porque no pude soportar que te hablara así, y además tú sabes que yo siempre te protegeré porque yo sí te quiero doble A

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