**De vuelta a Barcelona**
-Rubén, la próxima vez que haga algo así te doy permiso para que me des un puñetazo.
- Jajaja ¿aún sigues dándole vueltas a eso? - asenti - puedes estarte tranquila, tendrás muchas más oportunidades como esa. Ya lo verás.
-¿Tu crees? Porque yo no estoy tan segura de eso...
- Claro que si. Eres guapa y apenas acabas de empezar en este mundo. Tienes muchísimo por delante - sus palabras me hicieron sonreír y ver un rayo de esperanza.
- Gracias Ruben, eres un cielo.
Realmente Ruben y yo habíamos encajado muy bien y día tras día nuestra relación como amigos iba a más. El hecho de pasar tanto tiempo juntos por el trabajo lo había convertido en mi mejor amigo.
- Pero eso no quita que te de un puñetazo cuando lo vea conveniente, tú misma me lo has pedido jajaja - me respondió
- Muy bien campeón, acabas de romper todo lo bonito del momento jajaja - y ambos reímos.
Cuando llegué a casa estaba tan cansada que no tenía ni ganas de cocinar por lo que me pedí una pizza a domicilio para comer y cuando me la terminé me acosté a dormir la siesta.
Me desperté a las 8 debido a que mi móvil no paraba de pitar.
Me había pasado toda la tarde durmiendo pero la verdad es que lo necesitaba.
Miré mi móvil y tenía 20 Whatsapp de Julia y Rachel diciéndome que fuera a su casa a ver una peli, y como no tenía nada mejor que hacer decidí ir.
Pasamos la noche viendo la peli "Bajo la misma estrella" y hablando, al parecer Julia tenia novio y Rachel habia cortado con el suyo hace poco.
Yo decidí no contarles nada de lo de Bartra, al menos no por el momento.
Cuando me quise dar cuenta ya eran las 12 de la noche y me despedí de ellas para volver a mi casa.
La mañana siguiente se me pasó rápida en la oficina frente al ordenador redactando un artículo sobre el comienzo de la Liga la cual empezaba la semana siguiente.
Cuando terminé sobre el mediodía decidí parar en un Mc' Donalds a comer para después volver a casa a descansar, algo que hice poco ya que en mi cabeza seguía dándole vueltas a lo que me había pasado con Bartra.
No me explicaba como le podía haber rechazado. Los nervios me traicionaron.
La tarde la pasé haciendo Skype con mi familia y más tarde con Mery para decirles que por el momento todo me iba bien y también para preguntarles como estaban ellos.
Les echaba tantísimo de menos...
El Jueves como tenía el día libre fui junto a Julia y Rachel a un centro comercial. Lo pasé genial con las chicas de tienda en tienda.
Terminamos el día cargadas con unas cuantas bolsas de ropa, zapatos y complementos.
Antes de volver a casa paremos en un Starbucks y mientras tomábamos algo ellas dos no paraban de contarme anécdotas divertidas que les había pasado, algo que casi me hizo escupirlo todo de la risa.
Cuando llegué a casa estaba tan cansada y me dolían tanto los pies que me fui derecha a la cama.
Que bien me vendría un masaje en estos momentos, lástima que no tengo a nadie que me lo de...
A la mañana siguiente en cuanto sonó el despertador me levanté, me di una ducha, desayuné zumo y tostadas y puse rumbo a la Ciudad Deportiva del Barça ya que hoy me tocaba asistir a una rueda de prensa de Dani Alves. Una vez allí tanto Ruben como el resto de periodistas y yo tuvimos que esperar casi un cuarto de hora ya que antes de la rdp había entrenamiento.
Cuando por fin apareció comenzó el turno de preguntas las cuales Dani respondió con seriedad y a la vez ese toque de humor tan propio de él.
Tras aproximadamente media hora, la rueda de prensa terminó y yo ya salía de la sala como el resto de periodistas cuando noté que alguien detrás mía me toca el hombro:
- ¡Joder, que susto!- dije mientras me giraba.
- ¿Te he asustado? Jajaja lo siento, no era esa mi intención.
- Si, bueno, no pasa nada. ¿Que quieres ahora Marc?
- No es nada, sólo que...creo que me debes algo, ¿no crees?
-¿A que te refieres con eso?- sabía perfectamente a lo que se refería.
-Vamos...mmm...- al decir eso me di cuenta de que aún no le había dicho mi nombre.
- ¡Perdón! Culpa mía, me llamo _______.
- Bien, _______. Sabes perfectamente de lo que estoy hablando- dijo poniendo cara de pillo.
- Vale vale, ¿y que quieres hacer?
- No se...podríamos quedar algún día para comer si tu quieres, ¿o tu empresa también te lo prohíbe? Jajaja - su pregunta me hizo gracia.
- Jajaja a ver Marc, la empresa me prohíbe salir cuando estoy de servicio, como fue el caso del otro día en Madrid, pero en mi tiempo libre puedo hacer lo que quiera, obviamente.
- Lo se, lo se, sólo era una broma jajaja. Entonces, ¿que dices?
- Esta bieeen, acepto.
Finalmente nos intercambiemos los teléfonos y quedemos en que él me avisaría algún día para ir a comer juntos.
Parece que he conseguido salvar la situación del otro día. ¡Menos mal!
Aunque no acababa de entender porqué tanto interés en quedar conmigo.
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