Querido soldado

Carta n°40

Carta n°40

Octubre, 1942.

Soldado Peter Smith,

Por este medio, le informo que su hermana, la señorita Margareth Smith, ha regresado a casa, el día jueves 29 de septiembre (hace una semana), sana y salva.

Peter, estamos todos muy felices de que Mag regresara, y mejor aún sana y salva. Aunque no se ha escapado de los regaños de mi padre, tu madre, mi madre, mi hermano Christopher, y tu padre (por medio de una carta); yo he decidido no mostrarle tu carta aún, peferiría que hablaras en persona con ella, tal vez se lo tome más en serio. Aún no le he dicho nada, pero no te preocupes, planeo hacerlo. Sé que debe ser difícil para ella. Su hermano mayor, el hombre que siempre la ha cuidado, ya no está. Su padre, el que le enseñó a montar una bicicleta, tampoco. Su madre, la mujer que le dio la vida, está casi muriendo. Me parece que todos están siendo tan rudos con ella, que no quiero escucharla sollozar cada noche, ni quiero ver las lágrimas saliendo de sus ojos, cuando le dicen que solo las "putas" hacen lo que ella hizo. Ella sigue diciendo que nada pasó. Ni a la fuerza, ni por voluntad. Dice que solo fueron al centro, a visitar a la tía del chico, que está enferma y hasta aseguran que ella se quedó en la misma habitación que la hermana de él. Yo le creo. ¿Por qué se pondría a mentir así, sabiendo que la que puede perder es ella? Por favor, no seas tan duro con ella, la está pasando muy mal. Me lo ha dicho.

El otro día la encontré sentada en una de las bancas que hay en pequeño acantilado detrás de la casa, y me dijo que pensaba en tí. Le he creído solo porque tenía un lápiz y un papel y había dibujado tu rostro de medio lado. Es excelente dibujando.

Muy bien, basta de todo el drama, te diré que ha pasado en la cuidad estos días.

John y Grace regresaron de su luna de miel hace como una semana. Fui a ver a Grace y me contó que fueron a una montaña e hicieron el amor. La verdad, no me interesaba saberlo, yo solo le había preguntado como estaba y si era feliz, pero ya que... También me dijo que espera quedar embarazada pronto, para poder hacer feliz a John. Le dije que no debía apresurarse tanto en tener un bebé si aún John no tenía empleo, ella tampoco y aún no tienen un hogar. ¿Como van a criar al niño? ¿Del amor o qué? La verdad es que me estoy comenzando a preguntar por la salud mental de la gente; es increíble que sea tan estúpida.

Hay un nuevo muchacho en la cuidad, su nombre es Noah. Noah es un lindo nombre. Y él es un lindo chico. Tiene los ojos verdes y los cabellos como el oro, pero está completamente loco. El otro día, me invitó a salir, le dije que él era muy joven para mí (es solo un año menor, pero buscaba ganar tiempo para pensar en otra mentira). Después le dije que yo no vivía en el centro, que solo iba para pasar tiempo con mis amigos cuando tenía dinero. 

Siguió insistiendo, entonces Chris llegó, se paró junto a mi y preguntó qué estaba pasando y qué me estaba diciendo. Te escribiré la conversación:

Chris: ¿Qué pasa? ¿Te está molestando este tipo, Liza?

Yo: Eh... Chris...

Noah: No la estoy molestando.

Yo: Cálmate, Christopher, te estás poniéndo colérico.

Chris: Me parece haber escuchado a la señorita, pedir que la dejaras.

Noah: Pues ese es el problema, amigo mío: no lo haré hasta que acepte salir conmigo.

Puso la mano en su hombro y Chris la miró con furia.

Chris: Mira idiota...

Yo: Chris...

Chris: No somos amigos. No sé como te llamas, ni me interesa saberlo. Ella te pidió que la dejaras, pero no lo hiciste. ¿Quieres que te rompa el cuello?

Suspiré.

Noah: No sé quien crees que eres pero...

Cris lo interrumpió.

Chris: Su novio. Ya déjala o te rompo cada hueso yo mismo.

Noah tragó saliva, asintió, se despidió y se marchó.

Después Chris, Mag y yo comenzamos a reír de las caras de Noah y de lo intimidante que había sido Chris. Supongo que cuando ese chico se entere de que Chris es mi hermano y no mi novio, le dará un ataque.

Eso es todo por aquí, soldado, cuídate mucho.

Elizabeth.

PD: Te amo.