Carta n°106

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Carta n°106

Marzo, 1943.

 

Liza,

Me han ascendido. Soy General ahora, tenía que compartir esto con alguien y pensé en escribirte. Liza, ¿qué tal va mi hermana? Sé que no he escrito mucho últimamente, pero necesito saber qué tal está desde la última vez que fui. La última vez que fui me tiraste un zapato, los rulos del cabello, la lámpara de noche y una cerveza en el bar. ¿Ya estás menos molesta? ¿Qué tal está Chris? La última vez que lo vi, me dejó el ojo morado, eso lo recuerdo bastante bien…

¿Mi madre está mejor? ¿Qué hay de papá? El otro día vi a Ronald (¿lo recuerdas? El del taller). Soy su General, está bajo mis órdenes. No tienes una idea de lo duro que es para mí tener que decirle todos los días que es posible que muera, pero que lo hará sirviendo a su país y al mundo.

Hoy, cuando salieron, salieron 3000 hombres, de los cuales solo han regresado 1000. Así que Ronald me hizo prometerle que si él moría, enviaría su cuerpo a Estados Unidos, para que su familia pudiera verlo; y también me hizo prometerle que cuidaría a Camille y a su hija. Camille acaba de tener una hija, y el no estuvo para verla. Así que ahora, tendré el atrevimiento de pedirte un favor: ve a casa de Camille, visítale, hazle compañía, y toma una fotografía de ambas y envíamela, para darle a este hombre un talismán. Tú eres el mío y me gustaría que conociera a su hija, que la viera. ¿Y si muere mañana y jamás vio a su pequeña? Yo no me lo podría perdonar, así que, Liza, espero que hagas esto, no por mí, sino por el chico que nos regalaba los dulces en las fiestas de cumpleaños.

 

Cuídate, Liz.

Con amor,

General Peter Smith.

Querido soldadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora