31.

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Después de esa tarde donde Harry se comportó tan frío e indiferente decidí desahogarme llorando toda la noche, no fui al instituto durante tres días y realmente sólo me levantaba de la cama para comer; jamás podría ser como esas personas que cuando se deprimen no comen, no, yo amo la comida lo suficiente como para hacer eso.

Finalmente hoy, luego de casi un mes tengo las fuerzas necesarias para levantarme, no puedo, ni quiero seguir así, Harry nisiquiera se ha molestado en escribirme ni nada parecido, tal vez está muy ocupado, tal vez cansado, o simplemente ya no me ama y aunque me duela en el alma tengo que aprender a vivir con eso, siempre he sido totalmente independiente y nunca he necesitado de un hombre a mi lado para ser feliz.

¿Por qué con Harry tendría que ser diferente?

Cuando ya estoy lista para irme compruebo en el espejo mi figura, no está tan mal teniendo en cuenta que estos días casi no he dormido pensando en Harry, despejo todos esos pensamientos de mi cabeza y me miro las manos, tomo un profundo respiro y me quito el anillo de compromiso que Harry me obsequió, lo guardo en un cajón y tomo mi mochila repleta de libros para irme.

(...)

El sonido de la campana es música para mis oídos ya marcando que la clase llegaba a su fin; hora del almuerzo, me levanto rápidamente, meto todos mis libros devuelta a la mochila y salgo de allí, voy a mi casillero a dejar algunos libros ya que pesan bastante y cuando cierro mi casillero me encuentro con alguien a quien no esperaba toparme.

-Hola Hes -su mirada color miel penetra en mis ojos y remueve algo dentro de mí.

-Hola Zed, ¿Cómo estás? -medio sonrío.

La sonrisa en su rostro crece; de seguro creía que no le hablaría.

-Bien princesa ¿Y tú? ¿Cómo va esa vida sin mí? -bromea y logra sacarme la primer sonrisa en todo el día.

Me abalanzo en sus brazos y no es hasta que aspiro su deliciosa loción que soy consciente de que lo estoy abrazando, Zed me estrecha en sus brazos y por alguna razón la sensación me provoca satisfacción; de repente me siento bien, completa. Me separo de él y sus ojos tienen un brillo especial.

-Estoy bien Zed, gracias ¿Y a ti? ¿Cómo te trata la vida sin mí a tu lado? -lo golpeo con mi hombro juguetonamente y sonríe de esa forma que me hace recordar lo mucho que lo quería; lo mucho que lo quiero.

-Va muy bien, estoy saliendo con una chica ¿Sabes? -repara y me mira a los ojos.

No puedo negar que me afecta la noticia, Zed es un buen chico, uno de los mejores, me acuerdo que cuando me sentía enferma él siempre estaba ahí para cuidarme, me preparaba sopas, me arropaba, se acostaba conmigo hasta que me quedaba dormida, estaba pendiente de las medicinas que me tocaban; seguía las horas al pie de la letra. Nuestras citas eran únicas, siempre me hacía reír hasta explotar, era bastante detallista por lo que ninguna de nuestras citas pasaba desapercibida, esa vez que fuimos a la feria ganó un gigantesco oso de felpa para mí, una niña lo vio y en su inocente mirada se notaba que lo quería con muchas ganas así que él volvió al juego y ganó otro peluche sólo para dárselo a la pequeña que sin duda al verlo se le abalanzó encima y después extranguló a Zed con sus pequeñas manos, la imagen de Zed riendo junto a esa pequeña niña me hizo estar segura de que tenía un futuro con él, quería casarme con Zed, quería tener un hijo con él, tal vez dos con tal de que todos fuesen igual que él; pero al parecer no todo fue como lo planeé y terminé por comprender que el amor de mi vida era Harry y no Zed.

-¿Hes? -la voz de Zed dispersa mis recuerdos y estos se esfuman.

-Ah sí, tu novia -balbuceo y sacudo la cabeza.

-No es mi novia -replica -Es una chica que conocí y es muy agradable, hemos salido sólo dos veces pero no somos novios.

Mi estómago hace un sonido extraño y Zed suelta una carcajada.

-¿Quieres ir a almorzar conmigo? Digo como amigos, si quieres -ofrece sonriendo como bobo.

-Claro que quiero chico Styles -cuando las palabras salen de mi boca es muy tarde para arrepentirme, la cara que pone Zed me lo dice todo.

¿Por qué? ¿Por qué soy tan estúpida? No sé a qué vino eso, suelo decirle a Harry chico Styles y por alguna razón lo asocié con Zed por lo que me había contado Harry de que ahora llevaban el mismo apellido.

-Creo que mejor me voy, yo...

-No te vayas -lo interrumpo -Lo siento ¿Si? Es sólo que como ahora eres Zed Styles me confundí y te juro que no fue mi intención -me excuso.

-Tranquila Hayley de todas formas creo que lo mejor es que me marche -dicho eso comienza a caminar, a alejarse y vuelvo a sentir el vacío en mi corazón.

-Zed por favor, no me dejes -se detiene abruptamente -Te necesito.

Regresa a mi lado y me detiene antes de que diga algo más.

-No digas algo de lo que después te arrepentirás, vamos -toma mi mano y salimos del instituto.

«Siempre habrán personas que estarán allí cuando más las necesites; las heridas sanan y desaparecen, los recuerdos prevalecen y se quedan contigo hasta el final»

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