Días después, Dan se decidió en hablar con Piper. Pero no en la escuela, debía ser más "especial".
Mientras tanto, su estatus como el rompe-corazones se seguía proclamando por los pasillos cada vez más.
En la clase de historia, lo único que Dan hizo fue pensar en cómo decirle a Piper que se encontrara con él sin que lo rechazara, hasta que se le ocurrió hacerle una nota para dejarla en su casillero, como si estuviera siguiendo el juego de la chica.
Gastó miles de hojas hasta que por fin una le pareció perfecta. La dobló en forma de sobre, la decoró por fuera como pudo, y la guardó en el bolsillo de su mochila hasta que la necesitara en el recreo.
Cuando el timbre sonó, él ya tenía sus cosas guardadas hace minutos, y no tardó nada en salir disparado por la puerta.
Caminó sigilosamente hasta el casillero de Piper, y dejó la nota en el mismo. Esperó escondido detrás del cesto de basura a que la chica abriera la pequeña puerta metálica, y cuando lo hizo y leyó la nota, Dan se sorprendió al ver una sonrisa en la cara de Piper, aunque se desvaneció al instante.
La chica buscó una lapicera negra en su mochila, escribió algo en el papel y se lo guardó en el bolsillo del pantalón. Cerró su casillero dejando sus libros dentro y se fue caminando en dirección contraria del cesto de basura. Dan se levantó.
-Bueno - Dijo Dan para sí mismo -... Fue mejor de lo que esperaba.
"Querida Piper:
Lamento mucho lo que pasó. Me gustaría hablar contigo. ¿Te parece mañana en el parque central a las 4:30 p.m.?
Dan."
Piper caminaba en dirección a la cafetería, donde la habían citado para otro caso amoroso, sola.
El problema de no tener amigos no es no estar acompañada en los recreos, o parecer asocial; es que cuando necesitas un hombro para llorar, o un par de oídos que te escuchen para desahogarte, no los tienes. Tal como le pasaba a Piper.
Llegó donde se encontraba Ingrid, una pequeña chica de su edad, ojiverde con largas pestañas que danzaban bajo su flequillo castaño cada vez que pestañeaba.
-¡Piper! - Exclamó al verla.
-Hola Ingrid. ¿Cuál es el problema?
-Bueno... es difícil de decir pero... Me gusta mi mejor amigo - Soltó rápidamente.
-¡¿John?! - Preguntó feliz Piper -. ¡Esperaba que me dijeras eso! Estuve observándolo hace unos días, ¡está loco por ti!
-¡Hablas en serio?! - Preguntó Ingrid sorprendida -. Oh, Piper... ¡Gracias!
-No hay de qué, linda - Sonrió parándose Piper.
Pasó otra hora de clase y sonó el timbre del recreo. Piper salió del salón y dejó el sobre de vuelta en el casillero de Dan.
Minutos más tarde, Dan abre la puertita, pero la carta no cae como de costumbre. El chico guarda sus libros, saca los de la siguiente clase y vuelve a cerrar el casillero, volviendo a su camino.
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Hola! Lamento mucho la demora, es que no logro encontrar tiempo para pasar lo que tengo escrito en mi cuaderno a mi computadora. Gracias por su paciencia..
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Piper Shirley
RomansPiper Shirley, una chica de 14 años que vive su vida normal de secundaria. Cree en el destino, la magia y, sobre todo, en el amor. Piper es una chica especial: Desde pequeña, carga con un don peculiar de reconocer el amor entre otras personas. Aun...