Mision secreta

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Trigon, mi padre, el demonio o "Dios" más temido en la historia. Imparable e inmortal.

Y yo como su hija debo terminar su trabajo de la maldad, como consumir almas o echar maldiciones a las personas.

Hoy es uno de esos días de trabajos secretos. Ninguno de los Titanes saben que hago este tipo de trabajos. Si se los digo puede que me boten o peor, con el tipo de cosas que e hecho podrían matarme.

Pero sin duda jamás se darán cuenta, es una de las ventajas de ser totalmente estricta con la privacidad; Otra ventaja de ser yo.

Creé el círculo transportador en la pared para ir directo a Azarath. Si me teletransportaba directo a Azarath con mis poderes, me podrían matar; es una ley de Azarath, por protección.

Bueno, dije las palabras correctamente y ya estaba en Azarath.

Volví a ver los hermosos edificios y las montañas de Azarath.

Me encaminé al castillo para encontrarme con Arella. Ella me iba a asignar mis compañeros por si nada algo malo pasaría.

Ya dentro de la ciudad, la gente no me miraba como la ultima vez, como heroína, sino como un horror. Los ignoré a todos y seguí mi camino.

Ya en la puerta del castillo, me encontré a Arella y los guardias.

La miré a los ojos e hice reverencia para saludarnos.

- Arella...- dije con rencor.

- Raven- respondió

Cuando levanté la mirada pude ver a Gomator y un chico joven.

¿Qué diablos hace él aquí? Él se fue del castillo desde hace mucho tiempo ¿por qué volvería?

- Raven - dice Gomator sin el gorro de la capa.

Su aspecto había cambiado mucho, tenía arrugas en la cara, cicatrices y canas en el pelo.

Arella comienza a hablar.

- Raven, e decidido por Rangarth, un joven de 17 años y tu viejo compañero y maestro, Gomator.-

Gomator me miraba con ancias y temor. Rangarth es un chico delgado sin ningún músculo en el cuerpo pero aún así, atractivo.

Miré a Gomator con desprecio.

- Pueden empezar con su trabajo.-

Los guardias acompañaron a Arella a la puerta. Mientras que Gomator y Rangarth se inclinan ante mí.

- Princesa, es todo un honor trabajar con usted.-

- Sí, Ok. Oh, y una cosa que debes saber...- pause y me di la vuelta, dándole la espalda. - No me llames princesa, no soy superior a ti.-

- Sí princesa, digo, Señora.-

- No... Soy sólo Raven.-

- Sí, Raven.-

Gomator se quedó callado y comenzamos nuestro trabajo.

°°°

Pasaron 2 horas y todavía no habíamos llegado al lugar.
•°•°•°

Sólo podía pensar en lo que Arella me había echo hace mucho tiempo...

Después de haber aprendido todas los nuevos hechizos de mi nuevo maestro, fui a ver a la Diosa ya que estaba muy enferma.

Arella ya era la reina y la Diosa iba a morir muy pronto.

Me encaminé al cuarto y la vi en la cama. Ella fue como mi madre, no del tipo amorosa o buena, pero necesitaba alguien para admirar.

Mi destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora