Mi destino

Arella

Después de la charla "amistosa" de Gomator volé por las montañas más altas de Azarath y llegue al castillo.

Me tenía que encontrar con Arella. Lo que hizo fue imperdonable.

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Cuando le abrí la boca para hablar Arella entró e interrumpió.

- Lo siento Raven pero tendrás que irte.

- Sí, su majestad.- me levanté y me fui de la habitación.

Como confiaba en Arella salí y caminé hasta el retrato de la Diosa. La curiosidad me mataba pero no quería interrumpir.

Luego de 30 minutos ella salió llorando de la habitación.
Yo me quedé pensando en lo que pasaría. El miedo recorrió mi pecho.

Me levanté y toqué la puerta. Un guardia salió de la habitación.

- Princesa, no puede entrar.-

- ¿Qué pasó?- no me contestaron. Volé y me puse del mismo tamaño que el guardia.

- ¿Qué pasó?- insistí. Como no me respondieron lo empujé y entré en la habitación.

Cuando enteré vi a la Diosa muerta, con un cuchillo en el pecho. Supe lo que paso. Volé lo más rápido al aposento de Arella.

Como la puerta estaba cerrada la explote con mis poderes.

- ¡Que diablos te pasa!-

Arella, asustada, corrió hasta una esquina.