Secuestradas

¿Un error?

Hiroy no terminaba de comprender el punto al que habían llegado tanto ella como Sasori al final de aquella conversación tan incomoda en el auto del pelirrojo hace unas horas; ahora se encontraba en una improvisada habitación que iba a tener para ella sola finalmente... De repente se sentía tan mal, quería llorar pero lágrimas ya no le quedaban en su alma, no le quedaba nada dentro de ella... Era una cascara vacía.

Lo había hecho por la pelirrosa, y su padre la mató.

De repente todo pesó en su cabeza el triple y se encontró con las manos en su cara cubriéndola completamente mientras suspiraba tan profundamente; las palabras del chico habían calado en su mente y corazón, le dolía saber la maldita verdad, dolía haber hecho esto por una venganza y dolía más saber que sus amigas habían sido participes en este embrollo por su maldita culpa ¡Que alguien le metiese un puto tiro por la garganta por todo lo que había ocurrido en su nombre y el de su padre!

- No quiero creer que esto es mi culpa, que ellas han sido victimas e incluso yo lo he sido... Lo he sido por mi padre y por la tal Sakura - susurraba la pequeña a esas cuatros paredes que la cuidaban - De la tal Sakura y de la mente retorcida de Sasori...

Se acomodó el pijama que le dio su amiga para dormir, una camiseta de A Day To Remember y un pantalón de algodón, y tomo la pequeña decisión de ir al piso de abajo por algo frío para beber para calmarse e irse a dormir de una buena vez; bajó las escaleras sin hacer ruido debido al hecho de estar descalza por la mansión abandonada y escuchó unas voces abajo, obligandole a esconderse en una de las escaleras para escuchar.

- ¿Sigues planeando eso, Sasori? No es justo, ella ha cooperado bastante según lo que me has dicho, no lo considero muy justo - dijo la voz distante de Kiba

- Nadie lo considera justo, pero merezco una buena venganza... No me detendré ahora - dijo la voz del pelirrojo causando que los latidos de Hiroy se aumentasen... ¿A qué se referían?

- Ella te tiene aprecio por lo mínimo... - escuchó decir a Kiba - No lo considero justo

- Pues yo a ella no, y estoy harto. Solo quiero terminar con este maldito trabajo e irme a las Bahamas como siempre quise - dijo duramente la voz de Sasori quebrando el corazón de la chica - Además ella jamás me iba a importar, solo es otra vagina más en la colección de mi vida entera, que se joda. Me la follaré y ya esta.

- Te vas a arrepentir de es...

Pero ella ya no escuchaba más la voz de Kiba o la de Sasori, corría a toda velocidad a la habitación que se le había otorgado esa noche, estaba herida y solo quería volver a casa y despertar encontrándose con que todo esto era producto de su hiperactiva imaginación, pero sabía que eso no era posible en esta vida, en este momento, en esta realidad... Se durmió llorando en su cama improvisada prometiendo que esta vez pelearía por ella y no seguiría las ordenes del maldito demonio pelirrojo que la mantenía prisionera por no mucho tiempo. Su plan iba a fracasar.

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Ikane se encontraba tranquilamente sentada en la cama de Gaara, su rostro estaba impasible, estaba por dentro algo asustada, pero sabía que Gaara no era del tipo de hombre que no resolviese nada a base de palabras, a base de comunicación. Esperó hasta que lo vio entrar y se encontraron sus ojos, Gaara tomó asiento en la cama junto a ella preparándose para saber que iba a decirle, él sabía que no por nada la chica estaba ahí esa noche.

- ¿De que quieres hablar, Ikane? - dijo Gaara suspirando lentamente mirándola a los ojos

- Quiero saber por que me secuestraste, no tienes pinta de querer hacer esto la mayoría del tiempo, solo quiero saber por qué haces lo que haces... - dijo ella acomodando un mechón de cabello detrás de su oreja sin dejar de verlo a los ojos

- Mi madre está enferma, tiene cáncer... Los medicamentos no son fáciles de conseguir y mucho menos son baratos - dijo el pelirrojo suspirando - Conozco a esos tres idiotas desde hace años y a Sasori se le ocurrió esta brillante idea, según él claro esta, de secuestrarles y conseguir el dinero de manera sencilla y rápida acabando así con nuestros problemas personales... No pretendo herirte por ello, no podría hacerte daño a ti o a alguna de tus amigas. Pero Sasori es otro cuento muy distinto, él está demente desde que el padre de Hiroy mató a Sakura, su novia, y no se bien que planea con tu amiga, pero espero que no sea algo tan malo... Espero que no sea algo que al final cause una desgracia muy grande

- Por dios... ¿Crees que ella estará bien? - dijo Ikane asustada por su mejor amiga

- Espero que si... Pero haré todo lo que esté en mis manos para salvarla si eso te hace dormir más tranquila en las noches que pases aquí - dijo Gaara con empatía

*****

En la casa Uchiha el patriarca no descansaba ni un segundo, su pequeña estaba perdida y no iba a permitir que su captor siguiese impune y libre por las calles como si no hubiese hecho nada tan malditamente calmado. Su Hiroy, la niña de sus ojos, su nenita estaba perdida ahí afuera y él no sabía si tenía frío o miedo, si tenía alguna herida en su cuerpito...

¡No sabía nada de ella simplemente y se estaba volviendo loco por esa mierda!

Además estaba el gran peso de que también cayeron inocentemente las dos únicas amigas que esa pequeña niña solitaria había logrado conseguir en toda su vida, esas chicas que no tenían culpa de nada... Todas ellas eran solamente victimas de alguien despiadado y jodido de la cabeza simplemente; eso sin contar que no se habían comunicado en un buen tiempo

Y un correo le llegó a su laptop.

Su sangre se heló.

Abrió el vídeo y se encontró con la imagen de su hija en la pantalla dormida en un colchón sucio en el suelo temblando lentamente del frío; su bebé estaba viva... Llevaba una camiseta enorme y unas bragas negras se distinguían en la imagen que se le transmitía; un sudor frío bajó por su columna vertebral al pensar que quizás su bebita había sido violada por ese maldito degenerado, se aterró más cuando vio al enmascarado frente a la cámara y no vio nada de las chicas que eran amigas de su hija.

- Pagaras por lo que me hiciste, Fugaku. Y lo pagaras con tu maravillosa nenita.

Y justo ahí acabó el vídeo, causando que Fugaku llorase perdiendo la poca cordura que quedaba en su mente.

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Sasuke soltó una calada de su cigarrillo, aun cuando lo había dejado a petición de su hermana lo había retomado debido a su perdida, estaba nervioso y el sabor de la nicotina lo calmaba al igual que lo consolaba la ayuda de la persona que estaba esperando y justamente se bajaba del auto negro polarizado.

Vio la figura femenina bajar del auto caminando con soltura en su traje del escuadron Delta, todo negro por supuesto y destacando su cabello rosa.

- Sakura Haruno, es un placer verte - dijo el pelinegro seria y duramente

- Dejémonos de charlas, Uchiha, y busquemos al maldito bastardo que tiene a tu pequeña hermana de una maldita vez... Nadie se mete con la hermana de mi mejor amigo.