Secuestro:

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Ese día me levanté bastante temprano, estaba muy impaciente, quería ver a los Uchiha sufrir mucho, me habían quitado a lo que amaba, a la persona que mas amaba. Malditos fueran. Me levanté de mi cama y fui hasta el cuarto de Gaara y de Kiba, les desperté con un grito a ambos quienes me golpearon con las almohadas y con todo lo que encontraban, los esquivé pero el muy cabrón de Kiba logró darme en la cara con un vaso de agua que tenía en su mesa de noche.

- ¿Qué te pasa cabrón de mierda? ¡Estaba dormido! – dijo Kiba enojado

- Pasa que hoy es el gran día – dije enojado

- Maricas… - dijo Gaara desde el sofá con un tazón de cereal

- Tu puta madre lo será – dijimos Kiba y yo enojados

- Jo, es que no quiero ir a secuestrar a unas chicas chillonas que estarán llorando por mami y papi cada dos por tres – dijo Gaara bufando

- Tú eres el que necesita ese dinero ¿o me equivoco? – dijo Kiba

- ¿Y tú? ¿Por qué lo haces entonces Inuzuka? – dijo Gaara enojado

- Por que necesito divertirme, y por que quiero un auto – dijo sonriendo perrunamente

- Ha, eso no es na…

- ¡Basta ya! – grité enojado – Se comportan como niños pequeños

- Es solo que…

- Nada, vamos, ya planee este gran golpe. No pienso repetir el plan – dije

- Sasori… Esto… ¿Estas seguro de esto? – dijo Gaara

- Claro que sí. No seas marica – dije aún enojado

- Vale, vale. No te sulfures – dijo Kiba riendo

            Nos organizamos bien… Esas chicas salieron bastante puntuales. Una de ellas tenía las mismas marcas que Kiba en sus mejillas… Y la otra era una rubia tonta que estaba hablando mucho. Hmp, que idiotas eran. Vi salir una pelinegra. Me paralicé y sentí un escalofrío, supuse que eran los nervios. Era bastante bonita… Y bastante llamativa. Y que decir de ese cuerpazo que tenía. Si seguía mirándola de manera tan lasciva terminaría comiéndomela y arruinando la misión. Vi a Gaara hacer la señal. Ya había cortado el cable del motor. Eso nos daría la ventaja de que Kiba se llevara a la rubia, Gaara a la castaña y yo a la Uchiha… Esto sería divertido. Vi que se subieron y la pelicastaña intentó encender el auto. No funcionó. Volvieron a intentar. Tampoco lograron nada. Sonreí. Vi a Gaara y a Kiba acercárseles. ¡No! ¡Ese no es mi plan! ¡Se estaban adelantando! ¡Lo notaran! Kiba atrapo a la pelicastaña y s la llevó mientras le cubría la boca. Gaara hizo lo mismo y yo corrí hasta la pelinegra. Le cubrí la boca y le dije al oído:

- Gritas y te cortaré la yugular de un solo tirón. ¿Queda claro ternura? – dije roncamente en su oído

            Ella solo asintió y yo me la lleve en mi auto. Si ellos seguían bien el resto del plan, nos veríamos en un departamento en las afueras de la ciudad. Mire a la pelinegra con los ojos vendados y la boca cubierta por su pañuelo. “Hiroy Uchiha” era lo que decía. Atrape a la indicada, me había traído su cartera y sus cosas. Quizás ahí estarían los números de sus familiares. La vi llorar, y vi su pecho. “Lindos pechos ternura” pensé al verlos, bajé mi vista hasta sus piernas. “Mira eso, si son bastantemente bellas. Como para enterrarme en ellas” volví a pensar lascivamente. La chica no estaba nada mal… Me gustaban sus piernas más que todo, torneadas, lindas, y duras. ¡Buff!. Esta chica debía salir a correr cada día para mantener esas piernitas tan sexys. Llegué y la metí al departamento que era solo mío. Estaba solo con ella. Sonreí pervertidamente al pensar muchas cosas que haría con ella. Llamé a Kiba y me atendió al tiro.

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