Capítulo 19 ( Los Tres Días)

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Hoy es mi último día en esta ciudad, que poco a poco se ha ganado mi cariño. Aprieto mi cuerpo al de Giancarlo, siento como si hoy fuese el último día, y me entran ganas de llorar.

Me coloco boca arriba, con la vista al techo. Una tristeza indinita se apodera de mi al instante.
El saber que mañana temprano me voy y dejaré esta parte de mundo que he conocido y que me encanta. Sobretodo, todo lo que he compratido con Giancarlo.

Una lágrima se me escapa sin querer.
Me giro, quizás hoy sea el día de saber todas las verdades. ¿Quién sabe lo que pasará ahí fuera? No quiero seguir escondiéndome y ocultar que tengo algo con Gian. Lo que he vivido aquí me gusta, la confianza que hemos tenido el uno al otro y lo románticos que hemos sido. No lo cambiaría por nada. Pero tengo una vida ahí fuera, no puedo dejar todo atrás y centrarme solo en mí, no puedo ser feliz y ver como mis seres queridos se decepcionan. No sería justo, ni para ellos ni para mi.

Me vuelvo a girar en busca de Giancarlo, y le encuentro con los ojos abiertos. Su mirada expresa lo que también le afecta. No quiere que cambie.
Le acaricio la mejilla y le dedico una sonrisa despreocupante. Todo saldrá bien. Quizás.

-Gian...-Susurro su nombre.

-Dime.-Me contesta en el mismo tono.

-¿Qué pasó en Cambridge?-Es una pregunta que lleva tanto tiempo encerrada dentro de mí. Se lo pregunté una vez, pero no quiso contestar. Aprovechando que ayer habló de sinceridad, me gustaría que sea sincero en todo...

Da un largo suspiro....Para mí dura un siglo, porque me estoy muriendo de ganas por saber que pasó.

-Cherise, no quiero hablar de lo que pasó.-No puede ser, necesito saber que pasó. Quizás eso me ayude a conocerle más.-No es algo que importe ahora, es mi pasado.

-Pero yo quiero saber de tu pasado.-digo con voz dulce.

-Cariño...-Susurra a la vez que me coge y me arrima a su cuerpo.-Esto es el presente, y te juro que no tiene nada que ver.-No me puedo resignar, tengo saberlo. Pero entiendo que ahora no es el mejor momento.

-¿Me lo dirás algún día?-Rezo por que si.

-Algún día.-Eso ha sonado a nunca, pero prefiero tomármelo como si lo hará.-Vamos a desayunar.

Desayunamos en una pequeña cafetería del pueblo. La comida está deliciosa. Comemos en tranquilidad y en buen ambiente. Nuestra conexión flota invisiblemente sobre nuestras cabezas. Sabemos que estamos ahí, pero no hablamos.

Al terminar decidimos dar una vuelta por la ciudad. Admiramos las decoraciones de los grandes edificios, criticamos los malos trabajos, damos ideas y terminamos riéndonos. Giancarlo y yo somos arquitectos, pero yo apenas estoy terminando la carrera, y él construye incluso viviendas y colegios. Es un gran arquitecto
Hace un buen trabajo, le admiro. Cuando vi el colegio me quedé pasmada. En realidad tiene talento, un gran talento.

Aparcamos el coche cerca del centro, tenemos ganas de andar y descubrir más cosas sobre Calabria.
Juntos llegamos al museo mitológico griego. Pagamos y entramos. Una mujer se ofrece a ser nuestra guía, pero Gian lo rechaza amablemente. Parece que tiene muy claro que hacer o donde ir. Sonrio.

Caminamos juntos de la mano en lo que parece ser el olimpo de los dioses griegos.
La primera sala en la que entramos es la sala de reuniones de los dioses. Hay doce enormes sillas de piedra grisácea. Me acerco y siento el tacto duro de cada una de ellas.

-Eran doce dioses, la primera generación estaba compuesta por seis dioses, Zeus, Hera, Hades, Deméter, Hestia y Poseidón. De algunos de ellos nacieron la segunda generación de dioses, Afrodita, Atenea, Apolo, Artemisa, Ares y Dioniso.-Miro a Giancarlo sorprendida, nunca imaginé que sabría de historia. Le escucho con atención, la historia realmente me interesa y sobretodo viniendo de él.-Algunos dicen que Hefesto y Hermes también eran dioses, yo no lo creo, pero si lo eran, no eran muy importantes.-Sonrio ante su tono de voz.

¿Te Arriesgas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora