Capítulo 8

649 23 0
                                    

-Sí, para dos.-Respondo al camarero.

-Por aquí.-Alex me coge de la mano mientras el camarero nos guía a una mesa cerca de la ventana con vistas a la ciudad.

Tomamos asiento y el camarero nos ofrece la carta de vinos. Miro a Alex con la poca cara que me queda, no pararé de repetir que no se merece esto.

-Tomaremos vino blanco.-El camarero asiente y se retira.

Alex me vuelve a coger de la mano y me da un pequeño beso.

-¿Cómo ha ido la conferencia?-Pregunto para calmar mi incomodidad.

-Bien, cerramos los negocios con Franklyn y resolvimos los problemas económicos. Estoy realmente contento y papá muy orgulloso.-Cuenta ilusionado.-Por cierto, quiere vernos. Le dije que has empezado con las prácticas y no tienes mucho tiempo, pero insiste en el fin de semana.-Trago saliva nerviosa. Los padres de Alex me quieren con locura, ya que su padre es el mejor amigo del mío desde el instituto. No puedo sentirme más miserable...-¿Entoces qué?-Le sonrio.

-Pues el sábado es la fiesta de bienvenida de la empresa y quería comentartelo. Tenemos permiso de ir con nuestras parejas.

-Me parece bien ¿Qué tal el domingo?-Me sudan las manos...

-El domingo...esta bien.-Alex da una palmada de satisfacción y se acerca a darme un tierno beso. Que mal me siento...

El camarero se vuelve a acercar con la botella de vino y nos ofrece las copas.
Me tomo la mía de un trago para refrescar mi boca seca.

-Wow cariño, si que estabas sedienta.-me rio a desgana y vuelvo a servirme otra copa.-Tranquila, recuerda que solo tienes una hora.-Dejo la botella en su sitio. Tiene razón, no puedo emborracharme a la hora del almuerzo.Con que cara llegaría a la empresa.

-Es que estoy feliz.-Digo tratando de ocultar mi agitación.

-Yo también Cherise. Lo tengo todo, a la mujer que amo, el trabajo que quiero y los problemas resueltos. No podría ser más feliz.-Vuelvo a tragar saliva, pero esta vez con dificultad. En estos momentos me odio con gran intensidad.

Más tarde nos traen nuestros platos y a mí se me hace un gran nudo en el estómago. Miro la comida con asco, me entran naúseas. Juego con la comida mientras entretengo a Alex con convesaciones para que no se de cuenta.
Lo mismo hago con el segundo plato y el postre.

No tengo fuerzas para comer y menos para escuchar la felicidad de Alex.
Cada palabra suya es una apuñalada en mi contra y me hace sentir de lo peor.

-No comes Cherise ¿Qué pasa?-Pregunta frunciendo el ceño.

-No tengo mucho apetito últimamente.-Respondo fingiendo no importarme.Alex frunce aún más el ceño.

-¿Desde cuando?

-No sé Alex, además, estoy comiendo, pero no todo.-Cojo un trozo de helado y me lo meto en la boca mirándole.-¿ves?-Digo con la boca llena.

Salimos del restaurante diez minutos antes de volver al trabajo. Después de tanta insistencia, decide en acompañarme hasta la entrada. Me pongo más nerviosa, deseo que no se encuentre con Gian, sería lo peor de lo peor.

Una vez en la entrada intento deshacerme de él a toda prisa. Cualquier movimiento me asusta, cualquier mirada me intimida y cualquier persona me provoca un nudo en el estómago. No es justo.

Pobre Alex. Susurra mi pequeña mente testaruda. Que a decir verdad no sé por quién juega.

Me deja en la entrada de la empresa y me da un pequeño y tierno beso. Me tiemblan hasta los labios.

¿Te Arriesgas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora