Capítulo VI

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Cuando ya estaba recuperada pensaba que todo nos iría mejor, que dejaríamos de discutir. En parte tenía razón, dejamos de discutir pero porque prácticamente no me hablaba. Cada vez lo notaba más distante.

Había veces que ni siquiera venía a casa a dormir y si le pedía algún tipo de explicación me decía que no valía nada, que le dejara tranquilo, qué quién me creía yo para pedirle explicaciones... Pensaba que después de todo lo que pasamos juntos tenía algún tipo de derecho para pedirle explicaciones pero quizás tenía razón y necesitaba su espacio.

Hubo una vez que se fue cuatro días, se fue a casa de sus abuelos paternos, a la que tenían en el bosque para ir de vacaciones, me dijo:
-En cuatro días vuelvo, necesito descansar de ti y de tus tonterías. Espero que no te folles a ninguno mientras no estoy, aunque claro, quién tendría el estómago suficiente para acostarse contigo...

Me pareció bien, así yo quedaría con Belén, la echaba de menos y tenía ganas de salir.

Esa misma noche salí a tomar algo con Belén y el resto del grupo, había mucho que contar porque hacía años que no nos reuníamos todos. Entramos en un pub para estar tranquilos, yo estaba muy feliz, después de todo lo que había pasado por fin me estaba sintiendo yo misma de nuevo.
Bien entrada la noche, Belén me dijo que salieramos afuera a fumar y la acompañé, de repente vi alguien parecido a Dani con una mujer en una actitud muy cariñosa. Pensé que sería alguien que se le parecía pero cuando se giró lo vi ahí, agarrado al culo de una pelandrusca rubia de vestido estrecho y escote grande.

No supe que hacer, me quedé bloqueada, por un momento quise irme llorando, después pensé en ir y partirle la cara a ambos, después en hacerme la loca y hacer que no había visto nada pero cuando me di cuenta ya iba caminando hacía ellos, no sabía qué iba a hacer pero me daba igual. Notaba como la ira se apoderaba de mi, sentía que el cuerpo me ardía, que nada me pararía.

Me planté frente a ellos y Dani se quedó mirándome con cara de poker y la rubia maquillada como una puerta, con extensiones de mala calidad y las tetas casi afuera me miraba con cara de asco.
-¿Que tal la casa de tus abuelos? Bien ¿no?
-Puedo explicártelo
-Albert, ¿qué tienes que explicarle a esta tía? ¿Y por qué dice lo de casa de tus abuelos?
-¿Albert? Vaya estoy casada con un hombre con doble personalidad, por las mañanas es Dani pero por las noches se convierte en Albert, una pregunta ¿cuando dan las doce te conviertes en Arianna o solo eres dos personas? Me encantaría verte de Arianna, podría dejarte ropa si quieres.

Cogí y me fui, en ese momento me volví a ver, esa mujer que se quiere y que no consiente que nadie le pise. Me giré y vi como la rubia le pegaba un guantazo y le tiraba por encima la copa.
Esa noche bailé, canté, bebí y me divertí. Fue como volver a mi otra vida.

Diario de una locaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora