Sueño profundo

Salida

Por fin hoy me dieron de alta. Llamé desesperadamente a Tao para darle las buenas noticias y para que me acompañara a casa, pero no respondió ni una de mis llamadas así que decidí empezar a arreglarme para salir. Tomé un baño de agua tibia para refrescar la mente, aún que no llegué a nada, si seguía pensando en lo que me sucedió me desesperaría. Me sentía realmente indefenso e inseguro, pero cuando estoy al lado de Sehun todo cambia, él me cuida y no quiero alejarme nunca de su lado.
Salí, me sequé y me pusé unos jeans y una camisa que Amber me regalo, me miré por unos momentos en el espejo pero no me sentía yo, no sentía ser la misma persona de antes.

Sehun se acercó con una bolsa que contenía la ropa que llevaba puesta el día que llegue al hospital, mi celular que estaba completamente roto y los medicamentos que seguiría tomando.

- Espero que te recuperes por completo Lulu.

-Vendré a visitarte- Dije con un nudo en la garganta.

- Oh no, seré yo quien irá a visitarte, mejor porque no quiero que vuelvas a este hospital y recuerdes todo lo que has pasado hasta ahora.

- Te espero hoy, esta noche.- No quería decirle que me sentía inseguro y que tenia miedo de estar solo.

- Haré lo posible para ir, espero no tener turno hasta tarde.

- Adiós Sehun.

- Adiós Lulu.

Amber me recogería en la entrada principal del hospital, esperé 10 minutos y un Mercedes paro en frente mío.

- Entra, ¡te ves muy lindo con la ropa que te e dado!- gritó a través del vidrio.

- No creo que sea mi estilo pero no esta mal.

- Oye es todo lo que pude hacer, siempre has sido muy complicado con la ropa.

Durante la trayectoria yo no despegaba la mirada de la ventana, sentía la ciudad extraña pero familiar, sabía que ya había recorrido estas calles antes pero no me acordaba con quien.

- Ey, llegamos.

Bajamos y vi el apartamento en el que vivía, sentía algo raro, por fin estaba en casa. Subimos por el elevador, Amber presionó el botón número 18, yo vivía en el penthouse, según Amber, lo compré solo, tenía una corazonada de ser un chico muy trabajador.

Por suerte le había dado una copia de la llave de mi apartamento a Amber antes de caer en coma. Entramos... Tenía un estilo moderno y un tanto vintage, me agradaba muchísimo. Tenía un sillón blanco de pelusa, pisos de mármol negro, una cocina abierta estilo americana y un gran tapete blanco en la sala con una mancha marrón en la esquina -el chocolate-pensé. Seguí derecho por el pasillo y encontré mi habitación, tenía una cama grande con sabanas de ceda color gris y un espaldar de cuero negro. De inmediato me dio el impulso de recostarme en mi cama y olvidarme de todo lo sucedido y regresar a mi vida antes del coma.

Amber salió al mercado para comparar unas cosas ya que decidimos cocinar juntos comida coreana. Me quedé ya que quería ver cada esquina de mi casa y tratar de volver al pasado. Me tope con un retrato de mis padres Amber y yo de pequeños, un cuadro de una casa en la playa que estaba en el pasillo y un teléfono antiguo rojo que estaba en la sala. Quería recuperar mi celular en el podría ver fotos, contactos y a lo mejor registrar las últimas llamadas.
Amber estaba tardando así que salí a la terraza de mi habitación, ya era de noche y la ciudad estaba iluminada. De repente vino a mi cabeza la imagen de un beso en este lugar, de un cálido y profundo beso. Y recordé que Sehun a lo mejor vendría y nos acompañaría en la comida.

Amber llego y preparamos todo muy rápido no conversamos mucho, creo que estábamos muy concentrados en hacer un buen trabajo.

Aliste la mesa y servimos todo, era mucha comida para solo dos personas. Quería que Sehun estuviese aquí a mi lado, conmigo.

Sobro comida pero serviría mañana para mi almuerzo, la guarde en el refrigerador. Amber se fue a casa, ya era tarde.

Me coloqué la pijama, cepillé mis dientes y prendí un portátil que estaba en mi mesa de noche, pero no encontré nada en él, era como si hubieran entrado a mi casa y borraron todo del pasado, no tenía fotos, historia en internet y tampoco mensajes en las redes sociales. Apagué el portátil y me cubrí con unas cobijas de algodón gris. Me quede dormido pensando en el momento cuando estaba con Sehun en la bañera del hospital desnudos besándonos y tocándonos el uno al otro. Su cuerpo era perfecto y su trasero era adorable, tenía la piel blanca y suave ahh... Pero sus labios, esos labios me enloquecen, gruesos, suaves, calientes ¡quiero morderlos!
-¡Mierda! Ya tengo una erección.
Mire el reloj y ya eran las 11:30pm. Sentía muchas ganas de estar con Sehun, lo necesitaba, lo deseaba.