Capítulo 5: Una nueva adversaria.

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- Abuelito, estoy en casa. - Anunció Yugi entrando junto con Atem quien estaba atrás de el. Dejaron la sombrilla de lado cerca de la entrada, para después quitarse los zapatos.

El abuelo de Yugi salió de la cocina, quien al parecer estaba cocinando ya que traía un mandil puesto y se notaba manchado de harina.

- ¡Yugi, bienvenid..! - Paró en seco el viejo al ver al faraón atrás de su nieto, su presencia logró aturdirlo un poco, creía que estaba descansando en paz.- Oh ¡Hola, fara..!

Antes que dijera su antiguo nombre como Rey, le hizo señas que guardará silencio y que no dijera absolutamente nada. Rogándole juntando sus manos, mientras que Yugi ladeo la cabeza esperando confundido. Incluso al abuelo le parecía gracioso que el faraón de Egipto hiciera ese tipo de señales tan graciosas.

Hizo caso a sus suplicas y cambio de tema.- ¿No me vas a presentar a tu amigo, nieto?  

- ¿Eh? ¡Ah, sí sí! Atem, el es mi abuelito Sugoruko. Abuelito, él es Atem, es nuevo en el Instituto.

Atem sonrió extendiendo su mano.- Un gusto Sr. Mutou. Gracias... - Susurró esto último agradeciéndole que no dijera nada, luego le explicaría todo.

- El gusto es mío jovencito. - Se acercó un poco para que Yugi no lo oyera.- Me tendrá que explicar todo, faraón. - Sugoroku lo miró seriamente, Atem sólo asintió alejándose.- ¿Y a que han venido? creí que estarías con tus amigos, Yugi.

- ¡Ah! es que la profesora nos pidió hacer un trabajo en equipo sobre Egipto, y Atem es parte de mi equipo.

Explicó Yugi notoriamente sonriente. Atem nuevamente asintió mirando a su aibou.

- ¿Y los demás, no lo harán contigo? - Preguntó nuevamente el abuelo.

- Ehh... lo que pasa es que, Atem es nuevo y quise integrarlo para que no se sienta solo, no conoce a nadie y sólo me ha tratado a mi, así que decidimos hacer el trabajo juntos. - Río nerviosamente rascando su nuca.

- Así es Sr. Mutou, por eso vinimos a su casa para organizarnos en el trabajo, ya que es para el Viernes. - Terminó de explicar el ex faraón de Egipto metiendo sus manos en sus bolsillos del pantalón.

- Ya veo, bueno no los interrumpo  vayan y organícense.

Terminó de hablar el abuelo para volver a la cocina, mientras que los dos tricolores iban subiendo las escaleras directo a la habitación del menor

Cuando entraron, Atem sintió un aire nostálgico extrañaba estar en esta habitación junto a su aibou, estaba demasiad feliz pero triste a la ves porque ya no compartían aquel vínculo especial. No podía verlo en sueños ni velar por el, ni tampoco mimarlo antes de dormir como siempre solía hacerlo antes de dormir.

Observó al frente y notó una caja muy conocida por él.

- ¿Qué es eso, Yugi? - Señaló dicha caja pequeña dorada.

- Ah, esa es la caja donde guardaba mi mayor tesoro, pero ya no esta. - Hizo una ligera mueca tomando dicha caja tapándola con la tapa. Mientras veía detenidamente lo increíble que era.

- ¿Qué clase de tesoro? - Preguntó curioso el ojos carmesí al menor, el sólo sonrío riendo torpemente.

- La verdad no sé que tesoro pude haber tenido ahí, pero sé que debió ser importante para mi.

El torció su boca cruzándose de brazos.- ¿Cómo puedes saber que eso es importante para ti si no sabes lo que tenías ahí? es ilógico.

Yugi no desvaneció la radiante sonrisa que tenía, abrazó la caja a su pecho cerrando los ojos.

Tiempo sin limite. | Book #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora