Me after you.

Día 16

El partido de ayer fue todo un desastre. Cuándo anoté e hice un touchdown y apunté a Rachel para que todos supieran que era mi novia, Quinn se puso como loca. Claramente no le tomé importancia, después de todo ella era mi ex novia. El partido finalizó, pero los reclamos de Quinn no.
- ¿¡Enserio Finn!?, ¿¡Andas con ese adefesio!? ¡Soy mil veces mejor que ella!.- La voz chillona de Quinn nos interrumpió a mi y a Rachel cuando estábamos en las gradas besándonos.
- Quinn, controlate y vete de aquí. Estoy con Rachel y no la vuelvas a llamar de esa manera.
- ¿Ahora la defiendes? ¡Estás loco! Por favor, a kilómetros se nota lo poca cosa que es, ella no te va a dar lo que yo te daba Finn.- Usó un tono de voz bastante molesto para mi. ¿Cómo pude andar con esta loca?
- Sólo vete, Quinn. No tienes nada que hacer aquí. Lo nuestro terminó hace tiempo.
- ¿No recuerdas lo bien que nos la pasábamos en nuestra casa?
- Sólo vete, Quinn.- Dije entre dientes, sintiendo mi sangre hervir. Ella se alejó, pero se dio la vuelta y esa fue la gota que derramó el vaso.
- Cuando te canses de esta, ya sabes donde encontrarme. Siempre dispuesta para ti.- Me guiñó un ojo y después siguió su camino. Me giré para ver a Rachel y mi corazón se estremeció cuando la vi llorar. Se veía tan indefensa, sólo quería abrazarla y hacerla sentir que ella es la única para mi.
- Rach..
- Sólo quiero irme a casa, Finn.- Susurró despacio. Asentí. Tomé su mano y caminamos hasta mi auto.

- Hasta mañana, nena.- Me despedí de ella en la entrada de su casa. Ella no había dicho nada durante todo el camino y eso me mantenía nervioso. Me gustaría saber que es lo que piensa.
- Adiós Finn.- Depositó un beso en mi mejilla y entró a su casa.
Mierda. Quinn la hizo llorar con sus estúpidos comentarios fuera de lugar. Por esa razón la dejé, por ser tan inoportuna.
Sólo espero que mañana todo esté mejor con Rachel.