Capítulo 2

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Se pasaron las horas hasta que porfin sonó la campana sagrada, la que daba fin a las clases de aquel viernes. Literalmente salí corriendo de la clase para salir lo antes posible de la cárcel.
Esperé a mi padre unos cinco minutos, hasta que apareció con su BMW gris. Dejé la mochila en el maletero y me senté el asiento del copiloto, seguido de un sonoro beso en la mejilla a mi padre.

-¿Qué tal cariño?

-Bien, supongo.-respondí.

-¿Has atendido?

-Sí, todo bien.-dije mientras subía el volumen de la música.

Tras diez minutos llegué a mi casa.
Cogí la mochila del maletero y me la colgué en un hombro.
Seguidamente, mi padre abrió la puerta y entramos al portón, y sí, era un piso.
Solo vivimos aquí mi padre y yo...ya que...mi madre murió en un accidente de coche cuando yo tenia once años...
No quiero hablar de esto.
Bueno, deje mi maleta en mi habitación y fui directamente a la cocina.

-¿Qué vamos a comer?-pregunté ansiosa.

-Como es viernes, nos ha invitado Susana a comer a su casa, así que comeremos allí.

-¡No, joder!

-Haz el favor de ser educada, ¿vale?

-Tío, pero dime la puta verdad, ¿tienes algo con esa mujer?-dije con el tono elevado.

-Suspiró.-No, pero...

-¿Enserio papá? ¿¡Te has olvidado de mamá!?-dije con ya lágrimas en los ojos.

-No cariño no...pero tengo que pasar página. Ella...nunca va a volver, y me tengo que ir haciendo la idea.-dijo con los ojos aguados.-Vamos al coche.

-No pienso ir, y menos para ver al niñato de Abraham.-sí, Susana era la madre de Abraham.

-Cariño, Abraham es muy buen chico.

-Si yo te contase...-susurré muy bajo.

-Vamos.-dije y obedecí.

Pero antes me cambié de ropa, ya que ese día tuve Educación Física e iba en chándal, asi que me puse algo mas arreglado. Unos vaqueros de talle alto, las Victoria negras y una blusa de mangas cortas con estampado de flores rojas y negras.

Me eché la colonia de Play Boy y lista.

-Vámonos.-le dije a mi padre.

Bajamos las escaleras y llegamos al coche. Me volví a sentar en el asiento del copiloto y nos pusimos en marcha.

HermanastroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora