Maratón 2/2.-¿Ya te has duchado?-me preguntó mi padre.
-¿No me ves?-dije señalándome de arriba abajo algo borde.
-Vale. Bueno, llama a Abraham y dile que se venga a cenar.
-¿Tengo que ir yo?-pregunté indignada.
-Sí, así que venga.-me ordenó.
-Vale, vale. Voy.-dije saliendo de la cocina.
Me dirigí al salón en busca de Abraham.
-Niño.-lo llamé.-A cenar.
-A mí no me hables así eh.-dijo mientras se levantaba del sofá.
-Que te calles.-dije y me metí en la cocina dejándolo con la palabra en la boca.
Me senté a la mesa, esperando a que me sirviesen la comida.
Segundos más tarde apareció Abraham, que se sentó frente a mí. Me sirvieron la comida y cogí el tenedor dispuesta a comer.-Patatas con huevo.-susurré mientras la boca se me hacía agua.
En menos de diez minutos ya lo había devorado. Me levante dispuesta a dejar mi plato en el fregadero.
-Oh Claudia, no hace falta.-me dijo Susana.
-Tranquila, ya es costumbre.-dije y lo dejé.-Voy a ver la tele.-informé y me dirigí al salón.
Encendí la televisión y me tumbé en el sofá, por supuesto, espatarrándome.
Recordé que hoy estrenaban la segunda temporada de esa serie de zombies tan chula. Sí, mola, ¿vale?
Busqué el canal correspondiente. Perfecto, acababa de empezar.Al rato, apareció Abraham con un bol de palomitas.
-¿Ves esta serie?-me preguntó mientras se llevaba un par de palomitas a la boca.
-Em, sí, ¿por?-respondí algo borde.
-No se, me parece raro que a una chica le gusten estas cosas.-dijo mientras se sentaba en la otra esquina del sofá, a lo que yo me encogí un poco para no estar en contacto.
-Ah, pues vale.-le dije, y no obtuve respuesta por su parte.
Tras una hora y media más o menos, la serie finalizó.
Mi IPhone indicaba que eran las doce y media, por lo cual me iba a ir a dormir; estaba bastante cansada.
Abraham se fue hace una media hora porque iba a jugar a la Play 3 o algo de eso.-Papá, me voy a dormir.-informé.
-De acuerdo. No mates a Abraham.-dijo divertido.
Rodé los ojos y subí.
Me dirijí hacia la habitación de Abraham, y cuando abrí la puerta, él se encontraba sin camiseta, tirado en la cama con el mando de la Play entre las manos.Será un capullo, un gilipollas, un simio retrasado y tendrá problemas mentales severos, pero, físicamente está demasiado bien, sinceramente.
Lo bueno que está hay que reconocerlo.-¿Qué haces aquí, petarda?-preguntó y paró el juego.-No te cansas de molestar...-dijo algo molesto.
-¿Te crees que a mí me hace gracia esto? La verdad es que no, pero me aguanto y no rechisto. Seguramente odie todo esto el triple que tú, pero aguanto por la felicidad de mi padre. Así que a ver si dejas de comportarte como el niñato que eres y utilizas tus pocas neuronas, convirtiéndote de una vez por todas en una persona algo madura para tu edad y razonable.-le contesto enfadándome.-Y, respondiendo a tu pregunta, esta noche me obligan a dormir aquí, cosa andante.
-¿Que tú vas a dormir conmigo?-eleva la voz señalándome.-No, no. Me niego.
-Muy observador. Tú duermes en el sofá.-le aclaré empujándolo al pasillo y cerrándole la puerta en la cara.-A diva no me ganas, intento fallido de Homo Sapiens.-le grité a través de la puerta con aires superiores.
Él aporreaba la puerta, y yo simplemente me tumbé en la cómoda cama.
Hoy ha sido un día difícil y, honestamente, me dejé caer en los brazos de Morfeo.---
Rayos de sol chocan contra mis párpados, haciendo que me despierte.
Si anoche eché las persianas.
Cuando se me aclara la vista, abro los ojos como platos y me levanto de un salto.
No estoy en la cama de Abraham, sino en el puto sofá del salón.
La madre que lo parió.
Agudé mis oídos, escuchando música procedente de su habitación.
Esto no se va a quedar así. ¿Qué, eres muy chulo?Abraham Mateo, me voy a convertir en las pesadillas de tus pesadillas.
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Hermanastro
RandomÉl, con el prototipo de chico malo. Ella, prototipo de chica buena. ¿Pero será verdad eso, de que los polos opuestos se atraen?