Hannah
La clase era de lo más aburrida. El profesor estaba dando el tercer ejemplo del tema, y a mí me había quedado clara desde la primera explicación. Solo quedaba molestar un poco a Dave. Así que empecé a picarle las costillas. El solo se revolvía en su asiento, y hacia caras raras.
-Levine, ¿podrías dejar de hacer eso? No es agradable- me dijo un suplicante Dave. – ¿Porque? Es muy entretenido ver tu cara de sufrimiento- respondí con una media sonrisa. El solo me miro y negó con la cabeza. –Eres algo fastidiosa, Levine- me dijo bajando la vista. –No es la primera vez que alguien me dice eso- me encogí de hombros y regrese la vista al pizarrón.
El maestro hablaba y hablaba, y el tiempo parecía no avanzar, así que junte mis brazos y recargue mi cabeza en ellos, no tarde mucho y caí dormida.
-Señorita Levine!- me sobresalto el grito que pego el profesor Mannet, alce mi cara lentamente y lo vi parado al lado mío, con los brazos en jarra. – ¿Pasa algo profesor?- mi voz tenía un tono somnoliento. –Pasa, claro que pasa. Se ha quedado dormida en clase, lo cual es una falta de respeto- me dijo un irritado Mannet. –Pues, mis disculpas. No era mi intención. Es solo que su voz es muy arrulladora, y no me resistí a los sensuales brazos de Morfeo- todos rieron por lo bajo, y Mannet me miro desaprobatoriamente.
Aunque tanto él y yo estábamos acostumbrados a este tipo de escenas. –Avíseme cuando Morfeo quiera seducirla de nuevo, así podre reportarlo con el director por acoso- dijo y volvió a la pizarra.
La clase siguió y yo me aburrí como una ostra, hasta que gracias al santísimo señor sonó la campana del primer descanso. Me levante a una velocidad increíble, y fui en busca de Lizzie.
Me la encontré en medio del pasillo hablando con una pelirroja, seguramente una de sus pupilas. Me acerque cuando terminaron de hablar.
-Lizzo, ¿clase de física?- le pregunte una vez estuve a su lado. –Así es Han, es Harper, la chica que me asigno hoy Sommer.- respondió sonriente. – ¿Te dormiste en matemáticas?- me miró suspicaz. –Ya sabes que sí, para que preguntas- dije mientras caminaba hacia el jardín. –Han, debes dejar de hacerlo. Si sigues así necesitaras 100 créditos, y apenas y consigues 10- la mire mal.
–No debes recordármelo, aún no ha llegado nadie y vamos a la mitad del periodo. – Lizzie suspiro, y nos sentamos en una banca. –Necesito un pupilo, y pronto- dije derrotada. Empezó a sonar mi teléfono y conteste. - ¿Si?....Hola Sommer…. ¿Ahora?.....Bien, ya voy- mire a Lizzie. –Sommer quiere que vaya a su oficina, te veo luego Lizz- le sonreí y me levante en dirección a la oficina del orientador.
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Derek
-No, la verdad es que ninguno me agrada- deje los folders en el escritorio. –Bien, jovencito, no me dejas opción- se levantó y fue a guardar unos archivos. -¿Eso qué significa?- no respondió pero vi como sonreía.
Pasaron unos minutos y tocaron la puerta. –Pasa, Levine- la puerta se abrió y por ella apareció una chica alta, cabello castaño oscuro, ojos verdes y labios rosas. Bastante guapa. Entro y busco a Sommer, paseo su vista por todo el lugar, sin reparar en mí. Hasta que lo vio.
-¿Me necesitabas?- tenía una voz linda, ni chillona, ni de hombre. Sommer se acercó a ella. –Sí, Levine necesito de tu ayuda- me volteo a ver y fue en ese momento que ella poso su vista en mí, jamás había visto una mirada tan dura y fría, me dio algo de miedo.
-Llego un estudiante nuevo, viene de Australia- le dio un folder, y ella empezó a revisarlo. –Exactamente, ¿Qué necesitas?- Miro a Sommer con el ceño fruncido. –Asígnale un asesor- dijo él y ella volvió su vista a mí. –Bien- miro los papeles unos minutos más, y después hablo.
-Connor, necesito que te levantes, tomes un libro y leas un párrafo al azar- seguía viendo los papeles, así que medio dudoso, me levante e hice lo que me dijo. Tome un libro de nombre Germinal, abrí una página aleatoria y comencé a leer.
“…Por en medio del llano, en la oscuridad profundísima de una noche sin estrellas, un hombre completamente solo seguía a pie la carretera de Marchiennes a Montsou; un trayecto de diez kilómetros, a través de los campos de remolachas en que abundan aquellas regiones. Tan densa era la oscuridad, que no podía ver el suelo que pisaba, y no sentía, por lo tanto, la sensación del inmenso horizonte sino por los silbidos del viento de marzo, ráfagas inmensas que llegaban, como si cruzaran el mar, heladas de haber barrido leguas y leguas de tierra desprovistas de toda vegetación.
Nuestro hombre había salido de Marchiennes a eso de las dos de la tarde. Caminaba a paso ligero, dando diente con diente, mal abrigado por el raído algodón de su chaqueta y la pana vieja de sus pantalones….”.
Cuando acabe levante la vista, la tal Levine me observaba, y me sentí como un ciervo en temporada de caza.
-¿Y bien?- Sommer miraba a Levine y a mí. Yo le sostenía la mirada a la chica, y ella no dejaba de analizarme, hasta que carraspeé un poco, ella se volvió hacia el profesor.
-Bien, sus calificaciones dejan en claro que no necesita nivelación académica intensiva. Tal vez un guía para que se habitúe a los profesores. Las notas que sus maestros escribieron demuestra que tiene serios problemas disciplinarios, pudo haber sido por no adaptarse a un grupo en la escuela, al no sentirse aceptado, quiso llamar la atención. La forma en que lee, y sus gestos de superioridad, lo hace parecer un poco inseguro. Tal vez el único problema que pueda haber con él sea de adaptación. Bien lo puede asesorar Craig o Boza.- se encogió de hombros y le devolvió el sobre a Sommer.
–Esperen, ¿Qué?- ambos me miraron como si tuviera dos cabezas-Ella viene y decide que tutor me conviene más, ¿así como así? ¡Ni si quiera me conoce!- estaba indignado. Como una chica viene y decide que me conviene y aparte habla de mí como si no estuviera presente –Me niego, no quiero a ese chico. Está claro que tiene facilidad de integración a distintos grupos, pero yo no quiero integrarme a ninguno. Estoy bien solo – me cruce de brazos. Ella se acercó amenazante.
-Mira niño malcriado, no es si quieres o no. Es una orden de la dirección. Además de que te conviene, tu historial de actitud demuestra que eres un imbécil que no respeta las reglas. La escuela te hace un favor al aceptarte, y otro favor más grande es el hecho de que te dará un asesor. El cual hará que los profesores no la tomen contra ti por tu estúpida forma de ser, y podrás pasar el mes de prueba sin incidentes. Sin un tutor estoy casi segura que no duraras ni media semana y te expulsaran de nuevo. Deja de hacer berrinches y acata las instrucciones.- en ningún momento tartamudeo, ni dudo. Dijo todo de corrido y casi sin respirar. Eso me dio una idea.
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Tutorias. Aprendiendo a amar.
Fiksi RemajaHannah Levine. Una chica muy inteligente, hermosa y un poco rebelde. Inscrita en un programa de tutorías para conseguir créditos. Su círculo de amigos es muy reducido, para no decir, casi inexistente. Suele ser muy directa y honesta, le encanta usa...