Tutorias. Aprendiendo a amar.

¿Que pasó aquí?

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Hannah

El muñeco de aparador no me hablo por el resto de la clase, gracias a Dios, pero si me miraba de cuando en cuando. Sonó la campana y salimos al descanso. Empezamos a caminar en silencio, y lo agradecí en serio.

Entramos a la cafetería, y compramos algo de comer. Compré un sándwich de pollo y un jugo, y él se compró algo igual. Me acerque a la mesa que mis amigos y yo siempre ocupamos, Connor venía detrás de mí. Una vez sentados, lo miré, estaba muy pensativo, cuando le iba a preguntar que le pasaba llegaron Lizzie y Dave.

-Levine, ¿Por qué no nos esperaste?- se sentaron y fue entonces que notaron a Connor. Lo miraron y después a mí. Pero no decían nada, y el momento se tornaba incómodo. Fue Lizz quien hablo. –Así que, ¿te ha torturado mucho?- yo la mire mal, pero Connor alzo la vista hacia Lizzie y le sonrió coqueto.

 –La señorita Levine ha sido muy amable conmigo, no entiendo por qué habría de torturarme- Lizz sonrió divertida. –Vaya, estamos frente a un caballero de…- la frase quedo al aire y Connor la termino. –De Inglaterra, madame.- Lizz volvió a sonreír. –Soy Lizzie, mucho gusto – le tendió la mano y Connor la tomo y la beso. –Connor, Derek Connor. A sus órdenes señorita Elizabeth- mi amiga soltó una carcajada, y lo miro divertida –Lizzie. Él es Dave, un amigo de Levine y mío.- Dave solo hizo un movimiento de cabeza.

-Entonces, ¿eres de Inglaterra?- pregunto curiosa la sonriente Lizz. –Así es. Soy británico- yo reí. –Connor, en tu historial dice que eres australiano. –el sonrió falso, y me miro, sus ojos parecían más oscuros. –Soy británico, pero estuve estudiando en Australia. Se nota que lees los historiales bien- sonrió triunfante; se había burlado de mi pero yo no me iba a quedar callada.

–Cuando los pupilos son interesantes, les pongo atención. –Dije y ahora fui yo quien sonrió. –Vaya, que tutora tan amable, ¿vieron?- soltó una risita. -Deberías respetar más a quien salva el trasero de tu vida escolar- le dije y le di un trago a mi jugo. –Mi vida escolar está a salvo. El promedio que tengo, seguro es el más alto que hay en esta escuela- el imito mi acción anterior –No me refiero a lo académico, que por cierto dudo mucho que sea el más alto, sino a lo que se relaciona con disciplina. Eres un perfecto asno, en cuanto a comportarse- él se inclinó un poco hacia adelante. –Si bueno, eso no importa mucho en una universidad – me incline también. –Solo importa la carta de buena conducta, que no te darán si te suspenden cada 2 clases – fuimos subiendo un poco la voz. –Bueno el que las expide es el director, y esos temas se tratan con el subdirector- me dijo algo agresivo. –Que al final pasa los reportes con el director – sonrió y se inclinó mas.- Tienes experiencia en el campo, guapa – me dijo mordaz. –No te quedas atrás, bonito – el sonrió ampliamente. Estábamos demasiado cerca, casi a centímetros. –Bueno, estoy aprendiendo de la mejor maestra – termino de decir eso y regreso a su lugar.

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Derek

Siempre me quedo con la última palabra, y esta vez no iba a ser la excepción. Al parecer la famosa Levine, no pudo con mi último comentario porque se quedó callada, mirándome inmutada.

Pero al final, mostro una sonrisa muy bonita, para estar tan inyectada de maldad.

-Así es querido, soy la mejor maestra –se levantó, y me miro desde arriba con superioridad. –Y tu aun tienes mucho que aprender- sonrió más ampliamente. –A clase, pupilo – y en ese momento la campana sonó.

MARCADOR FINAL

Levine --------1

Connor -------0

Fuimos a la siguiente clase. Yo aún estaba cabreado, me había humillado. Pero esto no quedara así, claro que no. Me las pagara.

Ella estaba de lo más feliz caminando por los pasillos, y yo detrás de ella pensando en maneras de asesinarla rápidamente. Cuando al parecer alguien la llamo, digo al parecer, porque ella se detuvo y volteo como sorprendida, he de admitir que la maldita bruja de perfil es muy hermosa. Juro que su expresión era indescifrable, no sé si era enojo, asombro, nerviosismo, o una mezcla de las tres.

Se quedó estática mirando un punto a mi espalda, así que por curiosidad, me gire para ver quien la llamo. Y todo el mundo en el pasillo estaba en la misma situación que yo, estático y curioso, el único que no estaba en estado vegetativo era un chico de rulos castaños, ojos azules y sonrisa de comercial. No sé, pero sentí una pequeña punzada de odio, el chico estaba atrayendo muchas miradas femeninas.

Pero el ruloso solo observaba a una, y era nada más y nada menos que la bruja a mis espaldas. El tenía una mirada como de enamorado, y al verla a ella tenía una parecida, que después cambio y sus ojos se volvieron tristes, cuando el tipo empezó a caminar, ella retrocedió un paso y su mirada se volvió igual de dura como cuando la conocí, pero inyectada de más odio y rencor.

-Hannah, ¿eres tú?- hablo el susodicho intruso. ¿Quién era Hannah? ¿Por qué llama a Levine Hannah? –Dios, eres tu- murmuro el castaño. Levine no se movía, estaba como de piedra. –Cuanto tiempo, ¿te acuerdas de mí? – el chico se acercó más rápido y pronto se puso frente a la chica. –Dios, Hannah, te extrañe tanto – dijo eso último en casi un susurro. Hizo un ademan de querer abrazarla, pero ella retrocedió, como protegiéndose. –No te acerques. No lo intentes- su voz sonó tan fría y dura, como si lo odiara con todas sus fuerzas. Su mirada parecían cuchillos afilados.

El de rulos, parecía sorprendido por como Levine se comportó. Y desistió de su intento para acercarse. Tenía una expresión de decepción, y la miraba a ella con arrepentimiento. –Hannah, por favor, yo solo quería…-la chica levanto su mano, interrumpiéndolo, cerró los ojos y respiro. Se estaba controlando, pero ¿por qué? –Luca, no me interesa. No sé qué hagas aquí, no quiero saberlo. Solo aléjate de mí – el intento hablar pero ella giro y se empezó a alejar. Un par de metros adelante se detuvo. Lo miro por encima del hombro –Soy Levine, no Hannah. Grábatelo – termino y se fue.

Todos estábamos confundidos. No sabíamos que paso, el chico aún estaba ahí, mirando por donde se fue Levine. Después empezó a caminar cabizbajo, y también desapareció.

Y lo único que me pregunte fue, ¿Qué paso aquí?