Y su sonrisa...
Maldita sea, ¿alguna vez has visto un atardecer en la playa? Pues la misma calma, la misma magia, pero en su boca.
Su sonrisa.
Y su sonrisa...
Maldita sea, ¿alguna vez has visto un atardecer en la playa? Pues la misma calma, la misma magia, pero en su boca.