Capítulo 21: Una Hermosa Sorpresa.

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"Jamás juzguen a una persona sin conocerla, hablo de que debemos hacernos los oídos sordos al escuchar frases como: "La primera impresión es la que cuenta".

Las personas no son su apariencia, no son los zapatos tan costosos que usen ni la marca de sus jeans. vosotros no os enamoráis por el físico, eso es atracción, vosotros os enamorais por el ser de una persona, por la sonrisa que esta lleve, por esa que en vez de tener el mejor cuerpo del continente, tenga el mejor cerebro de la nación."


•••

Narra Stiven.

Ese día iba camino al supermercado, no iba nervioso, puesto que pensaba que las autoridades no me tenían en su lista de sospechosos, vaya equivocado estaba.

Por la ciudad entera habían panfletos de todos nosotros, excepto de Nelson y Pitt, me puse muy nervioso e intente huir. Segundo error. Alguien se alarmó por mi extraño comportamiento, entonces llamó a las autoridades, fue ahí cuando todo por lo que había trabajado se había desmoronado.

Me atraparon, y por horas interrogaron, que estúpidos ellos, e incluso que estúpido yo, jamás creí traicionar a Richard, fue ahí cuando hablaron.

- Escucha, si no nos dices su paradero se te ira hondo, muy hondo. Por el contrario, si lo haces, prometo por mi madre que te rebajaremos notablemente la pena.

Toda mi vida paso por mi mente, mi vida y acerca de como no la quería pasar en prisión por un error que no cometí yo, que egoísta fui. Fue entonces cuando hable, el momento en el que me sentí más asqueroso y despreciable en toda mi vida.

Supongo que a todos nos llega un momento en el que descubrimos cuanto nos odiamos, y es que estamos hechos de desastres emocionales.

Me arrepiento, lo juró, pero con eso nada se remediará. Perdí una amistad, que vale mucho más que una absurda libertad salpicada de culpa.

Narra Richard.
Sábado 10 de noviembre del 2010.

¿Y que importa si no hay nadie en quien confiar? ¿Acaso la vida se detiene por algo o por alguien?

Ahí estábamos todos. Divirtiendonos, y recordando nuestra alocada adolescencia, y es que el tiempo es relativo, no envejecemos por la edad que tengamos, pues el cuerpo envejece, pero la mente no.

He visto niñas que con trece desean ser adultas, mientras tipos de cuarenta añoran aquellas épocas de infancia, en que el mayor dolor eran las rodillas raspadas, en el que sólo con un oso de peluche nos sentíamos seguros, todos eran nuestros amigos y las lágrimas sólo duraban cinco minutos, ahora se han vuelto constantes y duraderas.

Y es que ser adulto es una Gilipolles, olvidamos que lo más importante no es el dinero, ahora llevamos paraguas en las calles, olvidándonos de lo hermosa que es la lluvia, y de lo mucho que la disfrutábamos en la juventud, ¿Y es que de que nos sirve tener dinero, cuando no nos tenemos a nosotros mismos? Cuando viejos colegas nos invitan a beber un par de cervezas, pero sabemos que no podemos porque tener tiempo es cosa del pasado. ¿Pero de que sirve darle de todo a vuestros hijos, si al final del día se acuestan sin el beso de buenas noches? Ya no nos preocupa embriagarnos de felicidad, o para pasar el rato con los colegas, si no para evadir las triste realidad.

Os volvéis el viejo amargado que pide a todos que no pisen el jardín y que no griten porque tenéis que dormir, ese mismo que tanto odiabas cuando chico.

La rutina nos azota, y descubrimos que nos hemos convertido en eso que siempre temimos. Alguien corriente, sin ilusiones, no sois un astronauta, ni un escritor, mucho menos un Rockero, sois alguien más del montón que sigue órdenes de un desquiciado jefe, y alguien al cual sus sueños se le han estancado de por vida. Ser un adulto es una Gilipolles, no te permitas serlo.

Ha pasado una semana, y la hemos pasado muy bien, Christian ha hecho cosas que jamás ha hecho, ni en su juventud, siempre fue el chico bueno que hacía siempre todo lo que sus padres le decían.

Cuando sueltas a un ave de su jaula, esta descubre como volar, y corres el riesgo de que no vuelva.

Ashley interrumpe mis pensamientos, con sus arqueadas desde el baño.

- ¿Te encuentras bien cariño?- Le digo abriendo despacio la puerta del baño.

- Veté, no quiero que me veas vomitando, luzco más fea de lo común.- Responde.

- Querida, se que aún no nos hemos casado, pero lo he recreado en mi mente un millón de veces, y el sacerdote estaba ahí, diciendo "En la salud y en la enfermedad" y tú y yo asentíamos por tanto amor - Ahora estaba agachado a su lado, y me hallaba levantando su mentón - y luces bella de todas las maneras, oh Dios, debo estar loco, no hay ninguna chica en el planeta que luzca tierna vomitando, pero por algún motivo, tú si - Le sonrió y la beso mientras sostengo su cabello.

Minutos después salimos y nos encontramos con los chicos comiendo pizza, había conocido al nuevo chico, se llamaba Dereck, era americano, pero por una extraña razón, había terminado en España, no quise preguntar más.

De repente, mientras todos comíamos, Ashley se levanta de la mesa con una copa de vino y una cuchara.

Hace sonar la copa y todos hacemos silencio.

- El día de hoy, tengo un importante anuncio - dice muy firme - Richard - dice mirándome - Compañeros...












Estoy embarazada.

Indicios De Un AsesinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora