Con que así se llamaba..

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Santiago me llevó afuera, para que me de un poco de viento en esa pálida cara que tenía en estos momentos.
Nos fuimos caminando hacia el parque y nos sentamos en uno de los banquillos que se encontraba en una esquina.
No tenía palabras, me había quedado en blanco y Santiago no hacia más que mirarme para que comience a hablar, por como reaccioné estaba claro que el sospechaba que la conocía a su prima.
Suspiré, conté hasta diez y lo miré a mi amigo, que estaba demasiado preocupado como para emitir vocablo.
Recordé lo que me preguntó y respondí que sí conocía a su prima pero sólo de vista.
¿Cómo que sólo de vista? -Me preguntó él- ¿Has hablado ya con ella?
No, no he hablado con ella -Aseguré- es la chica de la pulsera... Es ella sin duda alguna.
Jajajaja no, no, es imposible, ¿Estás totalmente seguro de que es ella? -Preguntó-, Sí, es definitivo.
Ooh viejo, vas a estar de muerte, hay que decirle a Alex, urgente -Insinuó- lo llamaré mañana a primera hora, (Lo miré con cara de exasperado y sin animos de que alguien más se entere) y no, no me mires con esa cara, él te puede ayudar.
Okay, okay, le decimos los dos mañana después de clases -Miré la hora en mi celular- ¡Hermano! Se me hace tarde, me van a tratar, ya me voy.
Dale Felipe, nos vemos mañana en clases. Nos despedimos y ambos partimos en direcciones contrarias rumbo a nuestras casas.
Llego a mi casa, saludo a mis padres y voy para mi cuarto, me acuesto en mi cama, necesito descansar, mañana será un largo día.
¡Hora de ir a la escuela!, Me visto, desayuno y me encamino directo al colegio.
Llego y como siempre están mis dos mejores amigos esperándome en sus respectivos lugares, a cada lado mío, (es lo bueno de este colegio, nos dejan sentarnos con quienes queramos y como queramos), nos saludamos con puño y palmada, como hacemos y Santiago me mira, y se que su mirada dice: tenemos harto que contarle, no te vayas a echar para atrás.
Suspiro, será una larga mañana.
Efectivamente, los minutos entre los periodos de clases pasaban demasiado lentos para mi gusto y ya en la tercera hora, moría de ganas porque se acabe esta mañana.
¡Terminaron las clases! Y lo único que me faltaba para terminar este día era lo que se venía por la tarde, la interminable explicación de mí, enamorado de la prima de Santiago.
Llegamos al parque y nos sentamos en el banquillo más cerca que teníamos, suspiré y lo miré a Alex con una cara de: solo matame de una vez.
Nos reímos y Santiago comenzó el relato hasta la parte en la que estábamos por salir de su casa cuando apareció su tía.
Ahora te dejo seguir -Me dijo Santiago, con una sonrisa en su cara- Cuentale el resto; Maldito -Le dije, y me reí- Okay, luego de que llegáramos abajo y sonara el timbre... Y le describí lo que quedaba del suceso, cuando terminé, hubo un momento de silencio, a pesar de que a nuestro alrededor un grupo de niños hacían bulla en el jardín, ese instante fue roto por la tremenda risa que se plantó Alex.
Okay, basta y dime tu opinión -Dije- estoy empezando a desesperarme; Amigo... Tienes un problema en tus manos -Dijo Alex entre risas- Pero no te preocupes, te ayudaremos, ¿No, Santiago?
Sí, tenlo por seguro -Contestó este, también entre risas.
Muchas gracias, amigos míos -Les dije sarcásticamente- Primero hay algo que necesito saber, ¿Cómo se llama?
Ooh ¿No te lo dije?, Disculpa, Se llama Renee, Tiene nuestra misma edad, 18 años, vive en... -Comenzó Santiago entre risotadas
Ya ya, viejo, te pedí su nombre, no su vida completa -Me reí, ¡Ya se como se llama!, Estaba tan contento con ese dato que me sentí muy extraño.. La hermosa chica tenía, a mi parecer, el nombre más dulce que pude escuchar... Ooh ¡No! Creo que tienen razón, creo que me está comenzando a gustar...
Ajam -Carraspearon al mismo tiempo mis amigos, sacandome de mis pensamientos- ajam
Los miré y nos reímos; en ese segundo pasaba un camión de helados, los tres nos miramos y fuimos tras éste.
Cada uno con su respectivo helado, nos despedidos y partimos hacia nuestras casas; yo con una sonrisa en el rostro y mis pensamientos a mil por hora, ¡conocía el nombre de la chica y mis amigos me ayudarían con ella!, era lo mejor que me pudo ocurrir en todo el día.

Sueños de un Corazón FicticioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora