2.Soledad

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Mía

Desde que había escuchado la noticia de Jay, no había podido parar de llorar. Mi hermano se estaba empezando a cansar de mis berrinches, así que lloraba en silencio y sola. Sola, así estaba. Completamente sola.

-No merece ninguna de tus lágrimas, Mía. Superalo ya.-me solía decir Mark cada vez que me veía con los ojos rojos.

Quiero superarlo. Quiero olvidarme de él. Lo quiero conseguir, pero no puedo. He pensado en comunicarme con él y solucionar todo para que cada uno siga con su vida. No dejé que se explicara en su momento y quizás es por eso que su recuerdo no me deja descasar.

-Tengo que hablar con él.-le dije a mi hermano.

-¿Con quién?-preguntó.

-Con Jay.

-¿Tu estás loca? A ver Mía, sé que es difícil olvidarte de él y de los demás, de tu antigua vida, pero volviendo a aparecer no te va a hacer bien. Tienes que dejar de ver las noticias sobre ellos, dejar de escuchar sus canciones, dejar de recordarlos. Haz que tu vida siga.-me dijo cogiéndome de las manos.-Sé feliz. Confío en ti.

Y volví a llorar. De verdad que no podía.

-Lo he intentado, más de lo que te piensas, pero fueron todos tan buenos conmigo que no puedo olvidarles y seguir con mi vida. A ti te perdoné, ¿por qué no puedo perdonarle a él también? Sé que no es el mismo caso, pero de todas formas los dos me hicisteis daño.

-¿Que quieres decir? ¿Vas a volver?

-¡No lo sé!-grité. Sé que mi hermano no tenía la culpa, pero necesitaba desahogarme.-Dios, han pasado cuatro malditos meses y no me he podido olvidar de ellos. Mire donde mire les veo. En el trabajo, en la calle, ¡en todos lados! No sé si quiero volver, pero quizás me arrepiento de haberme ido.

-¿Te arrepientes? Mía, desde un principio te dije que no era la mejor opción, que te lo pensases y no me hiciste ni caso. ¡Ni caso! Lo dejé todo por ti. Quizás no tenía una vida hecha en Londres, pero era mi vida, mi trabajo. Ni se te ocurra decirme que quieres volver, porque no dejaré otra vida hecha por tus malditos caprichos.-me gritó de vuelta. Nunca le había visto así conmigo, pero tiene razón.

-¡Yo no te obligué a venir aquí!

-¿Te pensabas que te iba a dejar ir a la otra punta del mundo tu sola? ¡Eres mi hermana!

-¿Y qué? Soy mayor de edad y puedo hacer lo que yo quiera. Tu no me mandas.

-¡No digo eso! No te quería dejar sola, ¿entiendes?

-¡Pues me dejaste sola sin pensártelo! ¿Yo no puedo hacer lo mismo?

-¿Me vas a restregar eso siempre? Ya te dije que lo siento.

-¡Y te perdoné!

¿Por qué no puedo perdonar a Jay?

-¿Eso quieres? ¿Perdonarle y volver a Londres? ¡Adelante! ¡Vete! Yo no me voy a mover de aquí. ¿Quieres dejarme solo como lo hice yo contigo? ¡Te dejo vía libre! Recoge tus cosas y vete.

-¿Me estás echando?

-No, te vas porque quieres. Deja la llave en buzón cuando te vayas.

Y se fue. Salió de la casa y me dejó sola de nuevo, como siempre acababa haciendo.

Sabía que tenía razón, pero lo único que quería es que me apoyase y me diese un consejo de hermano mayor. Lo había hecho, pero no era el que quería oír. No me quería ir de este país, pero los chicos se merecían que les explicase todo. Tenía que pedirles perdón por irme de repente y también por haberles robado. Me siento fatal. Y si quería seguir mi vida sin Jay, tenía que volver por una temporada. No iba a dejar solo a mi hermano.

Me despedí con una nota (como siempre hacía) y le expliqué que volvería en dos semanas.

Saqué el próximo billete de avion hacia Londres e hice mi maleta. En cuanto terminé, inmediatamente salí de aquella casa y me fui al aeropuerto.

12 horas después...

Había hechado de menos el clima frío de Londres. A pesar de todo, era mi ciudad.

Quería creer que todo iba a ir bien, pero sabía que no, que me iba a costar mucho enfrentarme a ellos después de meses (aunque para mi fueron años).

Todavía no estaba preparada para volver a verles, para pedirles perdón y explicarles mi huída como Dios manda. Durante las horas que había estado en el avión me había dado tiempo a todo, sobretodo a pensar. Decidí que iba a pasar algunos días en la ciudad sin verles porque para mí era demasiado pronto para volver al pasado. Me iba a preparar física y psicológicamente.

Echaba mucho de menos a mi hermano, me sentía muy sola en esta ciudad tan enorme. Tengo los mismos sentimientos que cuando vivía en la calle. Miedo, soledad.

Todo esto era muy grande para mí. Nunca había vivido alguna situación como ésta, y por supuesto no esperaba a que me pasase nunca.

Estaba tan confundida en estos momentos que necesitaba a alguien a mi lado para que me diga que estoy bien y que todo va a salir correctamente. Pero claro, no había nadie para decírmelo.

Me acordé mucho de mi madre durante este tiempo. Ella era un ejemplo para mí, y si estuviera a mi lado seguro que me diría que hacer y como comportarme.

Iba a ir a verla, al cementerio. También a mi padre. Desde que se murieron no he ido en muchas ocasiones, pero era por el simple hecho de que aquel sitio no era de mi agrado. Nunca me han gustado los cementerios, pero en estos momentos iba a superar uno de mis "miedos" para hablar con ellos, para sentirme a gusto, en casa.

Me dirigí al hotel que había reservado, dejé las maletas y cogí otro taxi para llevarme a aquel sitio.

Espero que la visita a mis padres me ayude para coger fuerzas y controlar mis sentimientos. De verdad que es lo que necesito.







Show me Love (TWOTN 2° temporada) CANCELADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora