Capítulo 16

2.6K 240 24
                                    

El sábado por la mañana, abrí los ojos y estaba solo en la cama que había compartido con Viviana. La puerta del baño estaba abierta, por lo que allí no se encontraba.

―¿Vivi? ―consulté al aire. Nadie contestó.

Miré mi reloj, ¡las doce y media! Me levanté, me duché, tenía una cara horrorosa, y me vestí. Me fui a la habitación de mi pequeña amiga y allí la hallé.

―¿Y tú? Me dejaste solo ―reclamé.

―Sí, me desperté temprano y no quise molestarte.

―Debiste hacerlo, ¿tomaste desayuno?

―No, eso si no lo iba a hacer sola ―largó una risotada―. Por lo menos no hasta que te vayas.

―Por lo mismo debiste despertarme, tenemos que aprovechar los momentos juntos.

―Toda la razón ―respondió con un abrazo.

―¿A recorrer la ciudad? ―ofrecí.

―Sí, esta ciudad es preciosa.

Asentí sin convencimiento.

―Cuando te pongas de novio con Miranda, tráela aquí y verás que sí esta ciudad es bonita, ahora todo lo debes ver negro a causa de la lejanía de tu amor ―dijo socarrona.

―Tampoco es tan así, apenas la conozco.

―Claro, dímelo a mí. Mira que las únicas veces en que uno piensa tanto en el tiempo es cuando no está enamorado de verdad y quiere tiempo para arrepentirse o sentir algo más, por lo general, las cosas en esos casos no funcionan.

―Entonces voy destinado al fracaso. Ella necesita tiempo.

―Pero no para saber si siente cosas por ti, sino para sanarse internamente.

No dije nada. Esperaba que así fuera.

Tomamos desayuno en un pequeño café en el paseo a la salida del hotel, podríamos habernos quedado en el hotel, pero preferimos salir. Ella prefirió salir, a mí me daba lo mismo. Yo quería volver, cada vez se me hacía más difícil seguir allí.

―¿Te das cuenta que deberíamos estar almorzando en vez de tomando desayuno? ―ironizó mi amiga.

―Si me hubieras despertado, estaríamos buscando donde almorzar... ―me defendí.

―Parecías un bebé dormido, no quería que te pusieras a llorar si te despertaba y no tenías la mamadera (mamila, biberón) ―se burló.

Busco encontrarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora