Epílogo largo

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Yo sabía que mi prometida y mi hija le temían a la casa. También mi mamá, a pesar de haber vivido toda su vida allí, sentía desasosiego en ese lugar. Por eso tomé la decisión de partir con ellas en cuanto fuera el matrimonio, lo que ocurrió dos semanas después.

La noche anterior a la boda, las mujeres se juntaron en casa para la despedida de soltera de Miranda. Y la despedida de todos, ya que partiríamos el domingo a media tarde. Nosotros, los hombres, fuimos a un bar cercano, a menos de cinco minutos de la casa. Mientras que los que quisieran hacer daño a mi familia estuvieran libres, no estaría tranquilo.

El día sábado fue de locos. Preparando los últimos detalles de la ceremonia. Esperando que mi novia no se arrepintiera.

―Papi, mami está muy linda. ―Mi hija entró a la biblioteca como un torbellino, como era ella―. Y está muy nerviosa. Se ríe sola ―se burló.

―¿Sí? Yo también estoy nervioso.

―Es que tú sí, porque las mujeres a veces decimos a última hora que no.

Abrí mucho los ojos. ¿De dónde sacaba esas ocurrencias? ¿Y cómo se le ocurría decirlo justo en ese momento? Eso me puso más nervioso.

―Pero mami no lo hará. Ella sí está muy enamorada.

Sonreí. Extendí mis brazos y mi pequeña corrió hacia mí.

―Papi, te quiero.

―Yo te amo, mi pequeña, te amo mucho.

―Voy a ir con mami, no se vaya a estropear su vestido si no la cuido.

Me largué a reír y le di un apretado beso en su cabecita.

―Ve con mami, pequeña.

La bajé y ella me dio un beso antes de salir corriendo a ver a su mamá. Parecía más entusiasmada que todos nosotros juntos con el matrimonio.

La boda se llevó a cabo de manera muy sencilla en casa de mi mamá. Había pocos invitados, solo los amigos más cercanos. Aun así todo se veía hermoso. Sobre todo mi mariposa. La vi caminar lentamente hacia mí, que la esperaba en el altar, con un hermoso vestido negro con rojo escarlata, estilo gótico. Se veía preciosa. Yo me vestí con un traje gótico, negro. Hacíamos un lindo juego los dos, sin parecer novios de torta. A mi pequeña también la vestimos de gótica. Daban ganas de comérsela. La jueza nos miró algo extrañada, pero no dijo nada.

Después de la comida, me levanté y me paré en el escenario. Tomé el micrófono y miré a mi esposa.

―Esta canción, Busco encontrarte de Tarifa Plana, está dedicada a mi bella mariposa, ya no de alas rotas, si no, una hermosa mariposa llena de vida. Esta canción me identifica cada día contigo... Incluso cuando te quiero besar delante de mi mamá ―repuse con un dejo de burla.

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⏰ Última actualización: Jan 02, 2016 ⏰

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