La viejita de la butaca

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Pedro mi amigo del alma me decia siempre que le gustaba visitar a su abuelita postiza.

Doña butaca le llamabamos en el barrio por su peculiar mania de salir a mecerse en la butaca todas las tardes.

A mi me parecia más una bruja que una abuela postiza en su nariz puntiaguda salia un barro del tamaño de un frijol. Pobre anciana era fea la condenada, sus cabellos que yo podia deducir que eran greñas por verse reventadas despeinada y sucia lo sujetaba con un hueso de pollo - sí aunque no lo crean era el hueso más feo que habia visto en mi vida por todos lados negro y astillado.

En sus uñas amarillas y largas siempre llevaba en su muñeca una cadena con un eje de esqueleto.De ojos chiquitos pero brillantes y sonrisa malévola.

Se le antoja a Pedro que vayamos a visitar a la brujita bueno a su postiza abuelita como le decia él. Sabia que era una mala idea lo acompañe porque era mi mejor amigo.

Además el juraba que la anciana era una palomita de buena. Y yo cai redondito confiando por ser mi unico y mejor amigo.

Que hay después de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora