- ¿Recuerdas cuando me besaste para que Tae no lo hiciera primero? -me preguntó Mike mientras me lanzaba un trozo de chocolate que agarré en el aire con mi boca.
-Por supuesto, mi primer beso -y cómo no olvidarlo. Los rostros de Mike y Tae eran épicos, Tae no paró de quejarse en toda la tarde diciendo que yo no podía besar a alguien que comía pegamento.
Prefería eso antes que a sus labios.
-Y después, cuando las chicas se enteraron... ahora me da más risa que vergüenza -comentó. Me lanzó otro pedazo de chocolate, pero esta vez no lo alcancé. Él se rió de mí y yo le estrellé una almohada contra el rostro.
Nos habíamos convertido en grandes amigos después de todo. Mis padres botaron a la basura todas mis cosas más preciadas de Peter Pan en cuanto se enteraron que reprobé el año y junto con Mike fuimos los más listos de la clase. Pero sólo nos duró un año, al siguiente estuvimos tan perdidos como cuando nos fuimos de excursión y no encontrábamos el lugar donde se suponía que debíamos acampar.
-Pero yo sigo creyendo que Tae estaba celoso -dijo de pronto.
-No lo creo. Es que él siempre quiere ser el primero y el mejor en todo, sólo estaba enfadado porque le ganaste -argumenté, odiaba cuando hacía esos comentarios.
-No estés tan segura. Te apuesto a que si se enterara que tienes novio, reaccionaría igual que esa vez.
-Claro que reaccionaría así, yo habría tenido novio antes que él. ¿Acaso no me escuchas? -Mike rió más fuerte y se comió lo que quedaba de chocolate.
Estábamos en mi habitación viendo una película romántica, me seguían pareciendo igual de tontas que a los ocho años, pero al menos ya no me daban asco las escenas más íntimas. Por Mike no me preocupaba, resultó ser un galán innato en cuanto cumplió los doce, se dejó el flequillo, las pecas de su rostro se volvieron adorables ante los ojos de las demás chicas, era más alto que el resto y aparentaba dieciséis. Incluso Yuri le pidió una cita. Mike fue tan bueno que grabó ese momento para mostrármelo y reírnos de la cara de indignación que puso Yuri cuando él la rechazó.
Sin embargo, Tae no se quedaba atrás. A pesar de odiarlo, debía reconocer que estaba a la altura de mi amigo. Se dejó los rizos y como por arte de magia había crecido más de lo normal, me sacaba cabeza y media. Al final, Tae había regresado a mi Escuela con una beca, cosa que alegró mucho a Annie quien se sintió muy orgullosa. Jessica ya había salido de la escuela y había viajado a Londres para estudiar en una Universidad de allí.
Mint había crecido bastante también, en realidad, todos eran más altos que yo. Nos parecíamos en algo, con la diferencia que ella tenía el cabello más oscuro que el mío. Era la única que me apoyaba para detener las locuras de Dohee y Myung Ji.
Ellas seguían igual, cuando se enteraron que besé a Mike fueron inmediatamente a molestar a Mint. No sé cómo lo logró mi prima, pero se las quitó de encima en dos días.
-¿Tae con "novia"? -inquirió Mike. Lo golpeé en la cabeza con otra almohada.
-Sabes a lo que me refiero -le dije.
-Sí, lo sé. Me pregunto por qué no tendrá novia todavía, te debe estar esperando -en ese momento se cayó de la cama. Le di una patada en las costillas que le quitó la respiración e hizo que rodara hasta el suelo. No era la primera vez que hablábamos de este tema, por extraño que sonara, Mike tenía una obsesión con emparejarme con Tae, al igual que Dohee, Myung Ji, mamá y papá. Jandi nos ignoraba y Sully seguía en su mundo, así que al menos por parte de ellas no recibía ninguna burla.
-Deberías concéntrate en conseguir una novia tú, en vez de buscarle pareja a los demás -él se incorporó y se sentó frente a mí, me tomó de los hombros e hizo que lo mirara fijamente.
-¿En serio no me crees que le gustas a Tae? Ok, hagamos una apuesta.
Mala idea, no debía. Apostar contra Mike nunca traía cosas buenas. La última vez terminé en el hospital por intoxicación. Pero...
-Qué quieres apostar -era imposible negarse a una apuesta. Temía que algún día gastara todo el dinero de mis padres en un casino, por eso le pedía a Annie que guardara mi dinero y que me lo entregará en situaciones importantes.
-Te apuesto a que si consigues novio, Tae se pone celoso -lo pensé un poco. Sería bastante difícil.
-Yo no quiero tener novio -le respondí.
-Eso se arregla fácil. Me haré pasar por tu novio y veremos cómo reacciona Tae -asentí y lo volví a pensar.
-Si no pasa nada, yo gano. Y quiero que te disfraces de payaso y vayas en bicicleta hasta el centro comercial.
-Ok, pero si yo gano, tendrás hacer de Julieta en la obra de la escuela.
- ¿Estás loco? Tae va a adicionar para el papel de Romeo, no quiero ser Julieta -le reclamé.
-Entonces estás aceptando con anticipación que yo tengo razón -Mike sabía cómo provocarme, yo era tan débil y quería demostrarle a ese idiota que Tae sólo era mi enemigo.
-¿Cuándo comenzamos? -él sonrió de medio lado y miró el reloj que tenía en la pared.
-Ahora...ya. Vamos -me dijo. Sabía que quería empezar de inmediato.
Me puse de pie y salimos al pasillo. Mike fue despacio hasta la puerta de la habitación de Tae y pegó el oído a la madera.
-Está ahí, está hablando por teléfono -me susurró. Yo asentí y me acerqué a su lado.
Esto parecía una locura, y en realidad lo era. Pero qué importaba, tenía que ganarle a Mike.
-Tú sígueme la corriente e intenta no poner cara de asco si te digo cursilerías, ¿de acuerdo?
-Vale -le dije.
Nos separamos un poco de la puerta y Mike me abrazo.
-¡Te amo tanto, ________! -gritó.
-Sé más natural, idiota -le susurré. Él gruñó y me hizo callar.
-¡No puedo creer que hayas aceptado ser mi novia! -volvió a gritar. Quería golpearme en la cabeza, Mike no sabía actuar.
De pronto, la puerta se abrió y Tae salió con la cara pálida y el celular en la mano temblorosa.
-Después te llamo -le dijo a la persona detrás de la línea. Se quedó mirándonos unos segundos, hasta que se atrevió a hablar- ¿Son novios?
-Sí, se lo he pedido esta tarde. Es increíble que _______ sea mi novia, cuántos chicos estarán celosos -me removí entre los brazos de Mike y miré entre la maraña de pelo que me tapaba la vista a Tae.
Tenía el ceño fruncido y apretaba el celular tan fuerte que pensé que se lo destrozaría. Sólo atinó a mirar con desconfianza a Mike y se encerró en su habitación.
-Listo, gané -dijo Mike, soltándome abruptamente.
-Tú no has ganado nada. Yo no lo vi celoso.
-Eso es porque estás ciega -recordé cuando Tae intentó besarme y atacó a mi inocente ojo. Yo no podía gustarle, nos conocíamos desde los ocho años, éramos casi como hermanos. De esos que se llevaban como perros y gatos, pero hermanos al fin y al cabo.
-Necesitamos a un jurado que determine si Tae está celoso sí o no -le dije mientras bajábamos las escaleras para ir a buscar algo de comer.
-Ok, llamaré a Dohee...
-No, ella está de tu parte y te dará la razón. Myung Ji también. Que sea Mint -le dije.
-Ella es de tu equipo, tiene que ser alguien neutral -señaló.
- ¿Jandi?
-Ni siquiera nos habla -le di la razón y me detuve a pensar.
-Sully, ella nos dirá lo que ve -Mike estuvo de acuerdo y corrimos a buscar a mi hermana.
Cuando la encontramos en el living viendo televisión le pedimos que nos ayudara, le explicamos el asunto de la forma en que se viera como un juego inocente. Ella debía decirnos si notaba que Tae se mostraba celoso. Ella aceptó ayudarnos sin comprender del todo.