-Sí, genial ¿no? -le dijo Sunny.
TaeHyung lo miró con desconfianza, pero el chico no pareció darse cuenta y clavó su mirada en mí.
"Mira a otro lado, idiota. No es un buen momento" pensaba asustada.
Después de que TaeHyung pagara, me sentí culpable cuando le entregó el dinero, un gasto innecesario, cuando nos dimos vuelta para salir, el chico se apoyó en el mostrador y me llamó.
Quise que viniera una manada de lobos de la montaña más cercana a devorarme viva. Los tres nos volteamos, Sunny con una sonrisa victoriosa, yo con lentitud y temor y TaeHyung con la mirada más extraña que haya hecho en su vida. Podía ver lo tensa que estaba su mandíbula.
-Hey, me llamo NamJoon, me preguntaba si querías salir conmigo. Es que cuando estuviste aquí con tu amiga me fije que no dejabas de mirarme, así que supuse que...
-No supongas nada -le cortó TaeHyung. Estaba aterrada, tenía el rostro frío y neutro, como si no sintiera nada.El chico lo miró perplejo, parpadeando varias veces tratando de entender la situación.
De pronto, TaeHyung me agarró del brazo y me arrastró fuera de la tienda.
Sunny vino tras nosotros, pero TaeHyung le gritó que nos dejara solos.
Temí por mi vida.
Me obligó a caminar hasta el estacionamiento, allí no había nadie.
¿No iba a golpearme o sí? No, Kim era demasiado bueno para hacer eso.
-Tae... lo siento, te juro que... -comencé a disculparme, pero no pude continuar, la imagen de Kim furioso era escalofriante.
No me hizo nada, no me tocó ni un pelo, pero su mirada acusadora era suficiente para saber que en su mente yo estaba muerta.
-No hice nada, sólo lo miré, ni siquiera sabía su nombre hasta que lo dijo -me atreví a terminar de decir.
No dijo nada.
Guardó silencio y buscó el auto que estaba estacionado a unos metros de nosotros.
Se subió en el asiento trasero y allí se quedó. Sunny llegó diez minutos después y quiso saber qué sucedió, pero no pude decirle nada, ya que yo tampoco lo sabía muy bien.
TaeHyung estuvo enojado durante una semana, incluso canceló la cita con la hermana de Jin para organizar la boda.
No me molestó que lo hiciera, no tenía ganas de pensar en el tipo de servilletas para la fiesta, pero no me gustaba que Kim me ignorara.
La última vez que se comportó de esa manera fue cuando teníamos nueve años.
Era un martirio dormir en la misma cama que una persona que evadía mi existencia, a TaeHyung no le importaba si estaba leyendo o haciendo una tarea, a las diez apagaba la luz y se acostaba sin dirigirme palabra alguna.
Las cosas no iban para nada bien.
A comienzos de marzo comencé a preocuparme.
¿Él seguiría con las ganas de casarse conmigo?
Parecía que no. Hace un mes eso me habría hecho inmensamente feliz, pero ahora sólo me dejaba un sabor amargo en la boca y un nudo en la garganta, no quería reconocerlo, pero la idea de la boda me había ilusionado en cierto punto.
Me gustaba pensar que alguien me quería.
¿Y si todo había sido una broma? No era una mala opción.
Si lo era, a Kim le resultó.
Logró hacerme sentir mal conmigo misma.
Cuando me di cuenta de que TaeHyung no quería saber nada más de mí, me cambié de habitación otra vez.
Volví a mi cuarto y todas las noches me acostaba con un frío insufrible en mi interior.
¿TaeHyung hacía todo esto por qué miré a otro chico?
¿O lo hacía por qué no lo amaba?
A mitad de marzo lo comprendí, él no me quería.
Todo fue una mentira.
Me distraje más de lo normal en clases, no podía quitármelo de la cabeza.
¿Qué estaba esperando para volverme loca?
Por las mañanas veía el anillo de compromiso guardado en mi cómoda y me preguntaba por qué lo había hecho, por qué de todas las bromas del mundo eligió una relacionada con el amor.
Era injusto, de verdad le había creído y había hecho el intento por enamorarme de él.
Y todo indicaba que lo había logrado.
Bastó con que TaeHyung me sacara de su vida para darme cuenta de que él era una parte fundamental de la mía.
Pero no se lo dije ni a él ni a nadie.
Si quería hacerme sufrir, entonces que disfrutara del espectáculo.
A finales de marzo, ya todos se habían dado cuenta de que algo iba mal.
Yo no comenté nada y TaeHyung tampoco, ¿qué le sucedía? ¿Por qué no me dejaba como la mala de la historia?
Las cosas volvieron a cómo eran de niños, con la diferencia de que ahora TaeHyung ni siquiera me dirigía una mirada de odio. Era invisible para él.
Las cosas me parecieron raras a medida que avanzaban los días, era una completa extraña para él y me estaba afectando más de lo que me hubiera gustado.
Aunque las cosas se salieron de control cuando lo vi conversando con YoonA en la escuela.
Una punzada en el pecho fue la primera señal.Al otro día fue lo mismo, todos los recreos estaban juntos, a la salida ella lo iba a dejar al trabajo.
Les saqué información a las chicas, y SeolHyun confesó que TaeHyung y YonnA ahora se sentaban juntos.
Traté de parecer indiferente, no podía revelar qué tan enojada me ponía todo esto.
Hubiese sido fácil devolverle el castigo de la misma forma, pero no me pareció apropiado.
Todo había comenzado por mirar a otro chico, no iría por allí a salir con cualquiera sólo para darle celos a TaeHyung, me lo tenía bien merecido.
El problema estaba en que quería que acabara luego y que TaeHyung se diera cuenta que ya había aprendido la lección.
Pero no se detenía.
Si no era con YoonA, era con cualquiera de las tantas chicas de la escuela enamoradas de él.
HoSeok me preguntaba todos los días que me sucedía, pero no fui capaz de contárselo.
Seguro se burlaría.
Me guardé los celos para mí, era justo comenzar a sufrir para apreciar el amor de TaeHyung.